Ferruzzi opta por controlar Elosúa y fusionarla con Koipe para crear el mayor grupo aceitero de Europa

La multinacional italiana Koipe-Ferruzzi ha planteado al Gobierno la necesidad de romper el pacto suscrito en la aceitera Elosúa en junio de 1992 por el que ambas partes se comprometían a no sobrepasar el 40% de participación en la empresa. La intención del grupo italiano es hacerse con la mayoría de la sociedad para fusionarla rápidamente con Koipe, empresa que controla desde 1988. Paralelamente, un sector de la Administración intenta convencer al grupo Fomento de Construcciones y Contratas (FCC) para que adquiera las acciones que controla el sector público (el 37,04%).

La agitación qu...

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La multinacional italiana Koipe-Ferruzzi ha planteado al Gobierno la necesidad de romper el pacto suscrito en la aceitera Elosúa en junio de 1992 por el que ambas partes se comprometían a no sobrepasar el 40% de participación en la empresa. La intención del grupo italiano es hacerse con la mayoría de la sociedad para fusionarla rápidamente con Koipe, empresa que controla desde 1988. Paralelamente, un sector de la Administración intenta convencer al grupo Fomento de Construcciones y Contratas (FCC) para que adquiera las acciones que controla el sector público (el 37,04%).

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La agitación que registra el accionariado de Elosúa coincide ahora con la investigación judicial sobre el presunto cobro de comisiones y la venta del 19,6% de las acciones del nieto del fundador, Marcelino Elosúa, a dos sociedades luxemburguesas: Barico Internacional de Luxemburgo y Bessol.De llevarse a cabo el plan de Ferruzzi, los italianos cerrarían con grandes beneficios una estrategia que iniciaron hace varios años y en la que la Administración española les ha favorecido en diversos frentes. El dato más significativo al respecto se produjo hace dos años, cuando el Gobierno permitió que Koipe se hiciera cargo de la gestión de Elosúa. Desde entonces, Elosúa ha sido sometida a un fuerte programa de saneamiento -con las consiguientes pérdidas sufragadas en parte por las empresas publicas- y ha sido convertida en una verdadera firma complementaria de Koipe en su actividad comercial.

Salvo Ferruzzi, todas las partes con presencia en el capital de Elosúa, han mostrado su deseo de abandonar la empresa. Tabacalera no desea continuar como socio sin capacidad de gestión que debe hacer frente a pérdidas en un momento económico delicado. Ebro Agrícolas está en una situación similar y Marcelino Elosúa ya ha dado el paso para la venta. de su participación. Ante tal panorama, la Administración busca con ahínco, y por ahora sin éxito, un anclaje nacional en Elosúa.

En este sentido, fuentes de FCC han confirmado que existen contactos con la Administración en los que se estudia el futuro del 37,04% de Elosúa que ahora controla el sector público a través de Tabacalera, Food Premier (Tabacalera y Ebro Agrícolas) y Alycesa. Por otra parte, altos cargos de Economía aseguran que el grupo Ferruzzi ha reiterado la necesidad de culminar la fusión de Koipe -sociedad que controla desde 1988- y de Elosúa, lo que le daría el control del 40% del sector en España.

A favor y en contra

La batalla, que ha renovado las posiciones a favor y en contra de Ferruzzi en el seno de la Administración, forma-parte de una. guerra que se prolonga desde hace 10 años y está en su punto álgido. El presidente de Koipe, Alfredo Crespo, explica que el interés de Ferruzzi ha sido siempre -antes y después de que el grupo de Rávena pasara a manos de sus acreedores, los bancos- 1 controlar el 100% de Elosúa.Los deseos de control de Ferruzzi causaron enfrentamientos entre el Ministerio de Agricultura de la época de Carlos Romero, opuesto a la posibilidad, y el Ministerio de Economía, que dirigía Carlos Solchaga. De hecho, una empresa pública, Mercasa, presidida por Jesús Prieto, encabezó la oposición activa adquiriendo en bolsa hasta un 27% de las acciones de Elosúa.

La venta del 19,6% de las acciones que permanecían en manos de Marcelino Elosúa de Juan, nieto del fundador, al Banco Internacional de Luxemburgo y a Bessol alimenta la idea de que Ferruzzi cree que ha llegado el momento de romper el pacto suscrito en 1992 con la Administración española.

El propio Marcelino Elosúa de Juan asegura que Ferruzzi puede ser el inversor oculto que ha comprado sus acciones. De ser así, Ferruzzi. habría repetido la operación que ya llevó a cabo en 1989, cuando se hizo con el 29% de las acciones de Andrés y José Manuel Elosúa por más de 8.000 millones de pesetas a través de dos sociedades interpuestas, Paribas y Fidinam.

La multinacional italiana tardó entonces dos años en aflorar un paquete del 24,9% en el que se apoyó para lanzar una OPA por el 100% de Elosúa. La OPA, luego retirada, abrió paso a un verano y un otoño de 1991 de negociaciones calientes entre la multinacional y el Gobierno. Es entonces cuando el Ejecutivo "cambia de actitud", según explica un ex alto cargo de Agricultura en la época. De oposición frontal a negociación.

.Con nuevo ministro de Agricultura (Pedro Solbes) Gobierno y Ferruzzi llegaron en 1992 al acuerdo de adquirir hasta un 37,04% de las acciones por cada parte. La gestión de Elosúa, que Solbes calificó esta misma semana de "conipartida" entre la Administración y Ferruzzi, recayó en los hombres de la multinacional y en concreto, en Mariano Regnard, director general. La disposición negociadora del Gobierno tras años de oposición frontal a Ferruzzi alimentó las suspicacias. Esta misma semana, en el Congreso, el ministro de Economía, Pedro Solbes, rechazó de forma contundente la posibilidad de que Ferruzzi hubiera pagado comisiones por suavizar la postura de la Administración española.

El pago de comisiones fue denunciado por un directivo de Ferruzzi -Giuseppe Berlini- a los jueces italianos. Según Solbes, la disposición negociadora del Gobiemo fue consecuencia de la posición accionarial de Ferruzzi en Elosúa. Las explicaciones del ministro no convencieron a los diputados de Miguel Ramírez (PP) y Jerónimo Andreu (IU), que criticaron duramente la actuación de la Administración.

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