Lineas de investigacion

Las principales sospechas del nuevo equipo de Banesto se centran en Inmobíliaria Urbis y en Dorna, además del sinfin de instrumentales que cuelgan del grupo, muchas de ellas ubicadas en paraísos fiscales. En el caso concreto de Urbis, la investigación está dirigida al traspaso de activos de Banesto y de la Corporación a la compañía inmobiliaria. Esas operaciones se habrían hecho con créditos del propio Banesto, por encima del valor de mercado, y con compras adicionales de autocartera. El endeudamiento financiero de Urbis ronda los 81.000 millones de pesetas -entre créditos y operaciones de ...

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Las principales sospechas del nuevo equipo de Banesto se centran en Inmobíliaria Urbis y en Dorna, además del sinfin de instrumentales que cuelgan del grupo, muchas de ellas ubicadas en paraísos fiscales. En el caso concreto de Urbis, la investigación está dirigida al traspaso de activos de Banesto y de la Corporación a la compañía inmobiliaria. Esas operaciones se habrían hecho con créditos del propio Banesto, por encima del valor de mercado, y con compras adicionales de autocartera. El endeudamiento financiero de Urbis ronda los 81.000 millones de pesetas -entre créditos y operaciones de leasing-, una buena parte de ellos contraídos con el propio Banesto.También se investigarán las comisiones pagadas a intermediarios en distintas operaciones de venta de empresas realizadas durante el periodo de Conde.

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En concreto, las recibidas por Credit Suisse por intervenir en la venta de Petro med a British Petro leum (BP) y de La Unión y El Fénix a AGF, por las que co bró en tomo a 5.000 millones de pesetas, y, por otro lado, las recibidas por J. P. Morgan por la venta a Cementos Mexicanos (Cemex) del grupo cementero de Banesto.

Otra operación que está en tela de juicio es la que se hizo con las propiedades inmobiliarias que Banesto integró en una sociedad denominada Gescam. Banesto llegó a presentar una oferta pública de venta de acciones (OPV) del 75% de Gescam, y, posteriormente, lo retiró para vender algunos edificios a un grupo británico, del que nunca se dio la identidad, por 20.000 millones. Gescam, cuya presidencia ostentaba Fernando Garro, controlaba propiedades por valor de 34.000 millones.

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