González convence a su partido para que se movilice en favor de la reforma laboral y contra la huelga

El presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, Felipe González, instó ayer a la dirección de su partido a que defienda las medidas de reforma laboral aprobadas por el Ejecutivo porque son "progresistas" y, por lo tanto, no hay ningún motivo para explicarlas con complejos a los ciudadanos. La Comisión Ejecutiva Federal del PSOE, reunida ayer en Madrid, dio el inmediato sí a su secretario general y se dispone ahora a elaborar su estrategia de partido para difundirlas entre la militancia y ante la opinión pública. Ningún miembro de la dirección socialista puso objeciones a las palabr...

El presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, Felipe González, instó ayer a la dirección de su partido a que defienda las medidas de reforma laboral aprobadas por el Ejecutivo porque son "progresistas" y, por lo tanto, no hay ningún motivo para explicarlas con complejos a los ciudadanos. La Comisión Ejecutiva Federal del PSOE, reunida ayer en Madrid, dio el inmediato sí a su secretario general y se dispone ahora a elaborar su estrategia de partido para difundirlas entre la militancia y ante la opinión pública. Ningún miembro de la dirección socialista puso objeciones a las palabras de González.

No obstante, la actuación de los socialistas en esta ocasión será muy distinta a la que llevaron a cabo en 1988 ante la huelga general del 14-D. Si en esa ocasión los miembros de la ejecutiva arremetieron en tromba contra los sindicatos, ahora evitarán el enfrentamiento y machaconamente intentarán explicar que la convocatoria de los sindicatos no tiene justificación.El líder socialista tuvo una intervención ayer ante la dirección de su partido que algunos de los asistentes interpretaron como el deseo de combatir el desánimo que se puede apreciar en las filas socialistas desde que los sindicatos convocaran la huelga, a lo que se une el ambiente de pesimismo generalizado que el propio González reconoció ayer en declaraciones a Radio Nacional de España y que tan sólo a seis meses de la victoria electoral del PSOE ha empezado a cundir el abatimiento.

González consideró hasta cierto punto lógico el descenso en la intención de voto que reflejaba la encuesta de Demoscopia publicada anteayer por EL PAIS, porque en situación de crisis siempre se apunta como responsable al Gobierno.

Por ello, quizá, el líder de los socialistas españoles empezó la reunión de ayer animando a defender las propuestas de reforma laboral del Gobierno, e implícitamente pidió la participación de la dirección del partido en la extensión de estas propuestas.

La ejecutiva no tardó mucho en tomar la primera medida, ya que antes de terminar la reunión hizo pública una nota oficial en la que señalaba que la huelga "no favorece los intereses de los trabajadores porque disuade a los inversores y se produce un negativo crecimiento econórnico". Los socialistas siguen considerando abierta la negociación con los agentes sociales para cuando la quieran recuperar.

El secretario de organización del PSOE, Txiki Benegas, antecedió brevemente a González para decir que había que hablar de la huelga, de las medidas de reforma laboral y del impulso democrático.

Poco optimistas

Tanto Txiki Benegas como el presidente del Grupo Parlamentario Socialista, Carlos Solchaga, no se mostraron excesivamente optimistas respecto a la posibilidad final de acuerdo con el Partido Popular. Ambos aseguraron que había que insistir en la vía de diálogo, pero que las dificultades eran muchas.Otros de los intervinientes lo fueron para apoyar a González en la defensa de la reforma laboral y alguna intervención fue "extremadamente crítica" contra los sindicatos, señalan miembros de la ejecutiva que prefieren preservar la identidad de sus compañeros. El vicesecretario general, Alfonso Guerra, no tomó la palabra en esta reunión.

La mecánica interna de preparación del congreso del mes de marzo también fue objeto de discusión e información y se acordó hacer una investigación exhaustiva de los lugares en los que algunos militantes están denunciando irregularidades en el censo para conseguir que unos sectores tengan más fuerza que otros y, por tanto, más representación en delegados.

Pero no fue ayer, según versiones contrastadas, un día para la polémica, aunque, horas antes, Felipe González, en RNE, se había mostrado en desacuerdo, pero en tono cordial, con el presidente de Castilla-La Mancha, José Bono, por haber hecho un discurso hace una semana en tono excesivamente autocrítico para con la gestión del Gobierno.

Felipe González le reconvino por haber omitido "las políticas que han llevado a la modernización de este país y que hay que defender con legítimo orgullo". "Recordaría a Bono que ésta es una sociedad con una competencia muy dura, por lo que nos corresponde a nosotros destacar las cosas importantes que hemos hecho".

Ausencia de Bono

En cambio, González no le dijo nada a José Bono cuando, pocas horas después, le vio cara a cara en la reunión de la ejecutiva federal, aunque a punto estuvo el presidente del partido, Ramón Rubial, de sacar el asunto a colación. No lo hizo porque el presidente de Castilla-La Mancha se ausentó de la reunión antes de que terminara. "Pepe Bono se ha ido, así que me voy a callar lo que iba a decir en el capítulo de varios", aseguran que dijo Ramón Rubial.Tampoco en la reunión de ayer se tocaron asuntos que Felipe González sí mencionó en las declaraciones matutinas citadas. El secretario general del PSOE informó de que colegas europeos le habían pedido que se presentara a la sucesión de Jacques Delors en la presidencia de la Comisión Europea.

"Les he dicho que no soy candidato porque creo que es mucho más importante presidir el Gobierno de España y ayudar a salir de la crisis a mi país. Se lo he dicho amablemente a quienes me lo han sugerido", dijo.