Rabin rechaza la 'camisa de fuerza' de los plazos pactados con la OLP

"No hay certeza de que podamos llegar a un acuerdo con la Organización para la Liberación de Palestina [OLP] en el curso de los 10 próximos días", afirmó ayer el primer ministro israelí, Isaac Rabin, antes de reunirse con los miembros de su Gobierno. Rabin, que aseguró a su Gabinete que existe una crisis con la OLP, quiso dejar así de claro que Israel negociará la aplicación de los acuerdos sobre la autonomía de Gaza y Jericó sin aprisionarse en la camisa de fuerza de los plazos prefijados.

Rabin se mostró desanimado en la reunión que los miembros del Gobierno mantuvieron ayer en Jerusa...

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"No hay certeza de que podamos llegar a un acuerdo con la Organización para la Liberación de Palestina [OLP] en el curso de los 10 próximos días", afirmó ayer el primer ministro israelí, Isaac Rabin, antes de reunirse con los miembros de su Gobierno. Rabin, que aseguró a su Gabinete que existe una crisis con la OLP, quiso dejar así de claro que Israel negociará la aplicación de los acuerdos sobre la autonomía de Gaza y Jericó sin aprisionarse en la camisa de fuerza de los plazos prefijados.

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Rabin se mostró desanimado en la reunión que los miembros del Gobierno mantuvieron ayer en Jerusalén. "Puede que logremos determinar los principios, pero traducir esos principios en un acuerdo llevará tiempo. Llegar a un acuerdo es más importante que ceñirse a una fecha fijada con antelación. Ni siquiera el 13 de abril, en que debería concluir la retirada del Ejército israelí de Gaza y Jericó, es una fecha sagrada", declaró.Aparentemente, el primer ministro prepara a la opinión pública a una larga y difícil negociación con la OLP. De hecho, Rabin se dirige así, indirectamente, a Arafat, para decirle que Israel no aceptará la derogación del acuedo marco firmado en Oslo y que no se dejará aprisionar en la camisa de fuerza de un lapso de tiempo determinado.

Arafat se afana por obtener un máximo de territorio bajo su control y unos los atributos de soberanía (control de los puestos fronterizos, una moneda palestina, etcétera) que, según afirman los israelíes, no están previstos por los acuerdos de Oslo.

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"Un Estado palestino emergerá, quizá, un día, del régimen de autonomía. Pero no hoy, ni inmediatamente", dijo el ministro Yossi Sarid, del partido izquierdista Meretz, que apoya el no dado por Rabin al control palestino de los puestos fronterizos con Egipto y Jordania. "Arafat no hará su entrada en Jericó bajo la protección de las bayonetas isralíes", responde Ahmed Tbi Tibi, consejero político del presidente de la OLP.

El ministro israelí de Exteriores, Simón Peres, niega que haya un estancamiento. "En una negociación, cada parte trata de fijar los puntos y exige lo máximo. Es cierto que la OLP no es un adversario fácil. ¿Cuál es la alternativa? ¿Negociar con Hamás? Nosotros acabaremos por elaborar un acuerdo, porque ni Israel ni la OLP tienen un adversario alternativo", concluye Peres.

La oposición nacionalista y religiosa exige mientras a Rabin que cese "una negociación estéril con el superterrorista Arafat, desaprobada por el pueblo de Israel".

Pese a la decepción causada por la prolongación de las conversaciones y de la ira despertada por la oleada de violencia, una mayoría de los israelíes sigue apoyando el acuerdo Rabin-Arafat. Según las encuestas, un 55% de los israelíes sigue respaldando la declaración de principios elaborada en Oslo y firmada en septiembre en Washington.

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