Crítica:POP

Altura escénica

Con Tam Tam Go! se llegó al ecuador de una semana dominada por tres actuaciones nacionales de primera fila, que se completa con Danza Invisible y Loquillo. Tam Tam Go! demostró lo bien que se puede sonar en una sala con la acústica adecuada y la profesionalidad tanto de los músicos como del equipo técnico. Con la despreocupación de sentirse apoyados, Tam Tam Go! se centró en tocar y presentar su último trabajo, Vida y color, editado hace ya un año, realizando un concierto que resultó de gran altura en lo que se refiere a puesta en escena de su música.Los hermanos Campillo y Rafael Calle...

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Con Tam Tam Go! se llegó al ecuador de una semana dominada por tres actuaciones nacionales de primera fila, que se completa con Danza Invisible y Loquillo. Tam Tam Go! demostró lo bien que se puede sonar en una sala con la acústica adecuada y la profesionalidad tanto de los músicos como del equipo técnico. Con la despreocupación de sentirse apoyados, Tam Tam Go! se centró en tocar y presentar su último trabajo, Vida y color, editado hace ya un año, realizando un concierto que resultó de gran altura en lo que se refiere a puesta en escena de su música.Los hermanos Campillo y Rafael Callejo conocen su instrumento y buscan sus posibilidades en una música capaz de la llegar al público sin haberse alejado nunca de un planteamiento inicial que, hace seis años, marcó el comienzo de una ascendente carrera con el tema Manuel, Raquel. En su actuación en Madrid, todo lo bueno de la noche tuvo su talón de Aquiles en la voz de buen registro pero escasa potencia de Nacho Campillo. Sin embargo, como figura solista suplió sus problemas con un buen dominio del saber estar sobre las tablas del escenario, a pesar de no igualar totalmente la personalidad que en las grabaciones queda clara y cristalina.

Tam Tam Go!

Nacho Campillo (voz y guitarra), Javier Campillo (guitarra y coros), Rafael Fernández Callejo (guitarra y coros), César López Araque (batería), Jorge Navarro (percusión y teclados) y José Fabregue (bajo). 1.600 personas. Precio: 1.500 pesetas. Sala Aqualung. Madrid, 1 de diciembre.

Tardaron en enganchar; la primera hora pareció un precalentamiento que se disparó con el tema Piel sobre piel, al que le precedió un alegato acertadísimo en voz de Nacho Campillo contra el racismo, y que elevó considerablemente la participación.

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