84 días de rodaje

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El retrato que Brian de Palma hace en Carlito's way del Nueva York de los setenta recuerda en ocasiones al de aquel Fiebre del sábado noche plagado de discotecas y bandas callejeras. Son unos elementos que conoce muy bien el director de El precio del poder, pero mientras esta cinta ultraviolenta de hace ya 10 años presentaba a un Al Pacino sediento de sangre y cocaína, Carlito's way muestra un lado más poético y frágil, el de un mafioso arrepentido que quiere deshacerse de sus propias raíces como duro del barrio, recuperar a su novia (interpretada por Penelope Ann Miller) y escapar a las Bahamas.Según Brian de Palma, se trata de una película "conmovedora y romántica. Es la historia de un hombre que tiene un sueño". "Retomé el tema de los gánsteres porque el guión era perfecto, pero sobre todo porque Pacino estaba en el proyecto desde el principio", añadió el domingo De Palma en la presentación de su nuevo trabajo, que llegará a las salas de cine mañana, miércoles. "Con esta película me he hecho más adulto, y a medida que me. hago mayor me resulta más dificil hacer películas".

De Palma, recién salido del fracaso de En nombre de Caín, reconoce sentir la presión que le impone "tener que hacer al menos una buena película cada tres años". Hasta que la crítica emita su veredicto sobre Carlito's way, el director nacido en Nueva Jersey tiene unas semanas de descanso después de uno de los proyectos más frenéticos de su carrera, que le ha llevado un año y medio. El rodaje se extendió durante 84 días y bloqueó puntos de la ciudad de Nueva York el pasado verano, desde el barrio marginal de Harlem hasta la estación Grand Central, un lugar recurrente en las películas de De Palma, donde también ocurre el clímax de su nueva cinta.