España ultima la venta de material militar a Marruecos por 50.000 millones de pesetas

El Gobierno español está ultimando con as autoridades marroquíes la venta de material militar por valor de 50.000 millones e pesetas. El origen de esta operación se remonta al año 1989, pero desde entonces ha estado bloqueada por falta de financiación oficial. Finalmente, a principios de este año, el ministro, de Defensa, Julián García Vargas, logró que el Gobierno autorizara un crédito concesional, a largo plazo y bajo interés, para la venta de una corbeta, aviones y material electrónico. Rabat, sin embargo, no quiere ahora la corbeta, sino vehículos para el desierto.

En mayo del año p...

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El Gobierno español está ultimando con as autoridades marroquíes la venta de material militar por valor de 50.000 millones e pesetas. El origen de esta operación se remonta al año 1989, pero desde entonces ha estado bloqueada por falta de financiación oficial. Finalmente, a principios de este año, el ministro, de Defensa, Julián García Vargas, logró que el Gobierno autorizara un crédito concesional, a largo plazo y bajo interés, para la venta de una corbeta, aviones y material electrónico. Rabat, sin embargo, no quiere ahora la corbeta, sino vehículos para el desierto.

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En mayo del año pasado, el ministro de Defensa, Julián García Vargas, viajó a Marruecos con el objetivo de impulsar la cooperación militar entre ambos países. El tema central de las conversaciones, que incluyeron una audiencia con el rey Hassan, fue el desbloqueo del llamado Marruecos 2, un paquete de venta de material militar español negociado en 1989 y paralizado por falta de créditos para financiarlo.A su, regreso de Rabat, García Vargas multiplicó las gestiones para sacar adelante la operación y llegó incluso hasta Felipe González, a quien planteó la importancia de mantener la cooperación con los marroquíes en el terreno militar y de dar un balón de oxígeno a la industria de armamento, asfixiada por los recortes del presupuesto de Defensa.

A pesar de la difícil situación económica y de las reticencias del departamento de Comercio, partidario de potenciar otro tipo de exportaciones, García Vargas consiguió, a principios de año, luz verde para un crédito concesional de 50.000 millones de pesetas, a largo plazo y con bajo interés, que fue aprobado por la Comisión Delegada para, Asuntos Económicos del Gobierno, presidida entonces por Solchaga.

Intercambio de visitas

A lo largo de los últimos meses se han multiplicado los contactos para concretar la operación. El director general de Armamento y Material del Ministerio de Defensa, Juan Francisco Arenas, principal negociador por parte española, viajó a Rabat en febrero. Plosteriormente vino a Madrid el general Mohamed Achalibar, hombre fuerte de las Fuerzas Armadas marroquíes.Más de la mitad del importe del crédito aprobado por el Gobierno estaba destinado a la venta de una corbeta de la Empresa Nacional Bazán. La Armada Real de Marruecos ya compró una corbeta española de la clase de Descubierta en 1983, la Colonel al Rahmani, que es su buque insignia. El diseño de la nueva corbeta, cuyo modelo se bautizó en su día con el nombre de Sagitario, se hizo de acuerdo con la Marina marroquí y, además de ser más avanzada que la anterior, es más alargada y puede llevar un helicóptero en cubierta.

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El paquete incluía también seis aviones C-212 de Construcciones Aeronaúticas (CASA), especializados en misiones de patrulla marítima, por unos 10.000 millones de pesetas. El resto del crédito se destinaría al Ejército de Tierra: armas, vehículos y sistemas de comunicaciones y electrónica.

Sin embargo, los marro quíes se han mostrado cada vez menos interesados en adquirir el buque, sobre todo después de la firma de un acuerdo con Italia para comprar, al parecer con financiación de Kuwait, dos corbetas construidas en 1990 para Irak que no pudieron entregarse por el bloqueo internacional a Bagdad tras la guerra del Golfo. Algunas fuentes opinan, sin embargo, que esta operación no llegará a prosperar y que se trata de un instrumento de presión, sobre España, que vería en peligro la dependencia tecnológica que tiene ahora la Marina marroquí.

El propósito de Rabat, en todo caso, es que la mayor parte del crédito se destine a la compra de vehículos todoterreno y de equipos y sistemas para el Ejército de Tierra, imprescindibles para consolidar el control militar del Sáhara, objetivo prioritario de Hassan.

De esta venta se beneficiarían principalmente Enasa, propiedad de la multinacional italiana Fiat; Land Rover, de la japonesa Suzuki, y Nissan, filial española de la empresa nipona del mismo nombre.

En menor medida, la Empresa Nacional Santa Bárbara y otras firmas del sector de armamento y electrónica, como Inisel-Ceselsa. Se trata, sobre todo, de empresas privadas de capital extranjero, mientras que el paquete inicial beneficiaba a empresas españolas de propiedad pública.

Los días 20 y 21 de septiembre está previsto que se celebre en Madrid la segunda cumbre hispano-marroquí, aplazada ya en dos ocasiones. Los contactos se multiplican estos días para conseguir cerrar los flecos de la operación, armonizando las necesidades de Marruecos con las preferencias españolas. Se trata de la más importante venta de material militar español a Rabat desde principios de los años ochenta.

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