Entra en vigor la ley con la que Alemania quiere controlar la oleada de refugiados

La nueva regulación del derecho de asilo en Alemania, decidida a finales del pasado mes de mayo por el Bundestag (Parlamento) tras una larga batalla política, entró ayer en vigor. A efectos prácticos, la cláusula que niega la condición de refugiados políticos a todos aquellos que procedan de "terceros países seguros", es decir, todos los que rodean a Alemania, supone un cierre de las fronteras terrestres y la concentración de la ola migratoria en los aeropuertos. Según los expertos, sin embargo, la mayoría de los refugiados optarán por cruzar ilegalmente las fronteras.

Con fecha de ayer...

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La nueva regulación del derecho de asilo en Alemania, decidida a finales del pasado mes de mayo por el Bundestag (Parlamento) tras una larga batalla política, entró ayer en vigor. A efectos prácticos, la cláusula que niega la condición de refugiados políticos a todos aquellos que procedan de "terceros países seguros", es decir, todos los que rodean a Alemania, supone un cierre de las fronteras terrestres y la concentración de la ola migratoria en los aeropuertos. Según los expertos, sin embargo, la mayoría de los refugiados optarán por cruzar ilegalmente las fronteras.

Con fecha de ayer, la policía de fronteras alemana (BGS) aumentó en 1.700 sus efectivos, al tiempo que más de un millar de los guardias que vigilaban las fronteras con los países occidentales eran trasladados a los límites territoriales con Polonia y la República Checa, los dos países sobre los que cae ahora el peso de esta decisión. Durante 1992 la BGS detuvo a 58.470 extranjeros en dichas fronteras. Praga ha anunciado ya el envío de tropas a la nueva frontera checo-eslovaca, para desesperación de Bratislava, que ve como el problema se va trasladando de Oeste a Este.Varsovia, que acabó firmando un tratado con Bonn para admitir a los expulsados a cambio de dinero y una serie de concesiones para sus ciudadanos, como la exención de visado para viajar por la Comunidad Europea, se ha dedicado a firmar una serie de tratados similares con sus vecinos orientales para que admitan a los refugiados expulsados. Hungría, pese a no tener frontera con Alemania, se enfrenta a un problema similar ya que se encuentra en la senda de esta ola migratoria y ha firmado igualmente acuerdos con sus vecinos.

Sin embargo, la efectividad de la nueva regulación del asilo político es puesta en tela de juicio en Alemania. Según Volker Amler, portavoz de la oficina de la región oriental de la BGS, el número de personas interesadas en pedir asilo político en el país ha decaído notablemente desde que se sustituyó la entrega a los peticionarios de dinero en efectivo por la de bienes específicos para manutención, alojamiento y ropa. Según Amler, solo el 5% de las más de 13.000 personas que detuvieron sus fuerzas en los últimos meses pidió asilo político.

El Gobierno de Bonn ha creado una lista de países considerados "seguros" cuyos ciudadanos están, de principio, excluidos para pedir asilo. En 1992 casi medio millón de personas pidieron asilo político en Alemania. En lo que va de año la tendencia es claramente a la baja. Pero esto no significa que se haya detenido a los inmigrantes, sino que han pasado a la ilegalidad, evitando darse a conocer y perdiéndose en el interior del país y, luego, en Europa Occidental.

Los mayores problemas se van a plantear ahora en los aeropuertos, a donde llegarán quienes procedan de "terceros países seguros"' El diputado socialdemócrata Matthias Kurth aseguró que, entre otras cosas, el mayor aeropuerto de la Europa continental, el de Francfort, iba a ser sobrecargado financieramente lo que repercutiría en su competitividad. Incluso un diputado democristiano reconoció que en dicho aeropuerto no se habían efectuado ningún tipo de preparaciones y vaticinó "un caos total".

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