FERIA DE SAN ISIDRO

Ponce no se hubiera perdonado estar mal con ese toro

El éxito llegó a Enrique Ponce en su último toro de la feria, por lo que el torero sentía una especial alegría: "Se me escapaba la feria sin un triunfo y ese toro salió muy bueno, así que no tenía otro remedio que aprovecharlo, lo que creo que hice. Por mí, y porque el público y el toro se lo merecían, no me habría perdonado el estar mal con él". Añadía que su fallo con la espada no le quedaba más remedio que perdonárselo: "Fue una pena, pero el público sí que me lo perdonó con su apoyo y ovaciones tras pinchar".Ese apoyo del público, que decía haber sentido durante toda la tarde, era la mayor...

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El éxito llegó a Enrique Ponce en su último toro de la feria, por lo que el torero sentía una especial alegría: "Se me escapaba la feria sin un triunfo y ese toro salió muy bueno, así que no tenía otro remedio que aprovecharlo, lo que creo que hice. Por mí, y porque el público y el toro se lo merecían, no me habría perdonado el estar mal con él". Añadía que su fallo con la espada no le quedaba más remedio que perdonárselo: "Fue una pena, pero el público sí que me lo perdonó con su apoyo y ovaciones tras pinchar".Ese apoyo del público, que decía haber sentido durante toda la tarde, era la mayor satisfacción que se llevaba, más incluso que la oreja: "Le debía un triunfo a esta afición y tenía muchas ganas de lograrlo, algo que no me fue posible en mis tres anteriores toros de la feria". Con respecto a su faena estimaba que la había desarrollado gustándose mucho, con sentimiento y pureza: "Es como a mí me gusta y como más gusta en esta plaza, cuyo apoyo o cuya reprobación son tremendas y hay que ver cómo se escuchan abajo".

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Fernando Lozano, que ha señalado en repetidas ocasiones que tiene el público en contra por su apellido, estimaba que ayer estuvo a punto de conquistarlo, también con su último toro de la feria: "Por eso lo brindé, porque tenía mucha calidad aunque le faltaban fuerzas y al final se derrumbó". Agregaba que pese a la guerra que le tiene declarada la afición, "en cuanto un toro me embista dará la vuelta la tortilla". Y concluía: "Desde luego no pienso tardar tanto como Manzanares. Yo lo conseguiré mucho antes de 15 años".

Joao Moura, que se rompía las manos a aplaudir durante la faena de Ponce, estaba de buen humor: "Lo malo es que lo haya hecho con el único toro que no era mío". Al rejoneador-ganadero le defraudó la escasez de fuerzas de sus toros, a los que, no obstante, vio "con mucha calidad". Aunque al final confesaba que "si los toreros no triunfaron fue por culpa de mis toros".

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