Crítica:ÓPERA

Noche mágica con jóvenes

Concluía Enrique Franco su comentario crítico del primer reparto de La flauta mágica en este periódico diciendo que "faltó, quizá, ese algo más que convierte el éxito en clamor". Pues bien, ese algo más lo tuvimos en la primera noche del segundo reparto (el pasado 22 de abril), formado por jóvenes voces españolas, una iniciativa tan feliz como necesaria en el panorama español. Y, claro, llegó el clamor.Una estrella nació esa noche en él Teatro de la Zarzuela de Madrid, la soprano de Barcelona Ana Rodrigo, licenciada en Medicina, y cuya experiencia anterior se limita a varias zarz...

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Concluía Enrique Franco su comentario crítico del primer reparto de La flauta mágica en este periódico diciendo que "faltó, quizá, ese algo más que convierte el éxito en clamor". Pues bien, ese algo más lo tuvimos en la primera noche del segundo reparto (el pasado 22 de abril), formado por jóvenes voces españolas, una iniciativa tan feliz como necesaria en el panorama español. Y, claro, llegó el clamor.Una estrella nació esa noche en él Teatro de la Zarzuela de Madrid, la soprano de Barcelona Ana Rodrigo, licenciada en Medicina, y cuya experiencia anterior se limita a varias zarzuelas, funciones de la Escuela de Canto (donde es alumna de Isabel Penagos) y poco más. Su Pamina fue asombrosa: cálida, emotiva, natural en el fraseo, precisa en las modulaciones, íntima y evocadora.

Una reina valiente

Hubo aún más. Ángeles Blancas, hija de los cantantes Antonio Blancas y Ángeles Guilín, se desenvolvió como Reina de la Noche con una valentía, claridad en las agilidades, presencia teatral y limpieza en la expresión que para sí quisieran muchas de las llamadas grandes en este papel. La tradición de las voces españolas está a salvo.Sobre la inteligente escenografía del joven andaluz Jesús Ruiz, ganador del premio de Oviedo por este trabajo, sugerente juego entre barroco y neoclásico, razón e ilusión, naturaleza y arquitetura, oscuridad y luz, Antoni Ros Marbá dirigió un segundo acto en estado de gracia, donde también se crecieron José Antonio Carril, Francesc Garrigosa, Miguel Ángel Zapater y en general todo el reparto vocal, para ofrecer una noche de ópera mágica e inolvidable.

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