Editorial:

Iniciativa europea

POCAS DUDAS hay de que son motivos políticos antes que económicos, como señaló Felipe González, los determinantes de la presión especulativa a que está sometida la peseta en los mercados internacionales. Pero entre esos motivos políticos hay que contabilizar precisamente la incertidumbre suscitada por las declaraciones del propio presidente sobre la provisionalidad del Gobierno que salga de las urnas en junio. Que Aznar haya demostrado una irresponsabilidad comparable en otras ocasiones y que hasta Anguita se apuntase ayer a dinamitero de la posición española sólo demuestra que la ligereza es ...

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POCAS DUDAS hay de que son motivos políticos antes que económicos, como señaló Felipe González, los determinantes de la presión especulativa a que está sometida la peseta en los mercados internacionales. Pero entre esos motivos políticos hay que contabilizar precisamente la incertidumbre suscitada por las declaraciones del propio presidente sobre la provisionalidad del Gobierno que salga de las urnas en junio. Que Aznar haya demostrado una irresponsabilidad comparable en otras ocasiones y que hasta Anguita se apuntase ayer a dinamitero de la posición española sólo demuestra que la ligereza es contagiosa. Por lo demás, el episodio ha vuelto a recordar la vulnerabilidad de las políticas nacionales frente a perturbaciones como las que han vuelto a sacudir los mercados financieros internacionales estas últimas horas.El fortalecimiento de la coordinación de las políticas económicas y de los mecanismos e instancias de cooperación internacional constituye una exigencia básica. La reducción de los tipos de interés oficiales por una amplia mayoría de los bancos centrales europeos, liderados por el Bundesbank, es una buena señal en esa dirección de extender la coordinación, como lo son las intervenciones coordinadas en los mercados de divisas de los bancos centrales en apoyo al tipo de cambio de la peseta.

Pero, sobre todo, es la iniciativa de estímulo para el crecimiento en la CE acordada el lunes pasado lo que marca el camino a seguir. Se trata de un programa de inversiones destinado a frenar algunas de las más adversas consecuencias de la recesión, en especial en materia de desempleo, que puede alcanzar al término de este año a 17 millones de ciudadanos comunitarios, el 11% de la población activa. Tras cuatro meses de discusiones, la aprobación de la Iniciativa de Crecimiento Europea (ICE), a la que se han sumado los países de la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA), permitirá la concreción de inversiones estimadas en 35.000 millones de ecus (4,9 billones de pesetas), entre proyectos financiados específicamente por la CE y los abordados por los Gobiernos nacionales. Esa coordinación inversora durante éste y el próximo año, fundamentalmente orientada a las infraestructuras, se espera genere estímulos suficientes para añadir 0,6 puntos porcentuales al producto interior bruto de la región en 1994 y crear así más de 450.000 nuevos empleos.

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