Tribuna:

Enmendar un error

Marlene Dietrich, que consideraba los Oscar como uno de los "grandes fraudes del siglo", mostraba especial desprecio por el Oscar honorario al reconocimiento de toda una carrera en el cine: "Cuando te dan uno de esos ya sabes que sólo te queda morir", llegó a decir con sangrante ironía.En general, este Oscar a toda una carrera suele convertise en la más sutil forma que tiene la Academia de Hollywood de rectificar sus errores. Este tardío Oscar de consolación lo recibieron al final de sus vidas nombres ya elevados a la categoría de clásicos como Charles Chaplin, Alfred Hitchcock, Cary Gr...

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Marlene Dietrich, que consideraba los Oscar como uno de los "grandes fraudes del siglo", mostraba especial desprecio por el Oscar honorario al reconocimiento de toda una carrera en el cine: "Cuando te dan uno de esos ya sabes que sólo te queda morir", llegó a decir con sangrante ironía.En general, este Oscar a toda una carrera suele convertise en la más sutil forma que tiene la Academia de Hollywood de rectificar sus errores. Este tardío Oscar de consolación lo recibieron al final de sus vidas nombres ya elevados a la categoría de clásicos como Charles Chaplin, Alfred Hitchcock, Cary Grant, Buster Keaton, Ernst Lubitsch o Groucho Marx.

No es el caso del premiado este año, el director italiano Federico Fellini, galardonado en dos ocasiones con el Oscar a la mejor película extranjera, Ocho y medio y Armarcord. "Su importancia es tal que ha llegado a dar significado a un nuevo adjetivo: felliniano ", dijo de él su inseparable compañero Marcello Mastroianni, antes de que Sofia Loren entregara el Oscar a Fellini. Bajo la cerrada ovación de todoslos asistentes, Fellini dedicó el premio a su esposa y actriz Giuletta Massini, sin lograr, pese a sus ruegos desde el escenario, que ésta dejara por un momento de llorar.

El Oscar denominado Jean Hersholt, destinado a personas del cine destacadas por sus labores humanitarias, fue compartido en esta ocasión por las actrices Audrey Hepburn. y Elizabeth Taylor. La primera, fallecida recientemente después de pasear durante 63 años una clase y elegancia imposibles de repetir, entregó todo su esfuerzo a la causa del Unicef. "Creía que todos los niños tienen derecho a la salud, la esperanza, la vida y la ternura", dijo su hijo Sean Ferrer al recibir la estatuilla.

Liz Taylor, por su parte, se ha convertido en abanderada de los enfermos de sida. En su nombre agradeció el galardón, en una ceremonia que reafirmó el compromiso de Hollywood con esta enfermedad, presente en algunas de las intervenciones -Susan Sarandon y Tim Robbins-, en una fiesta posterior -presidida por Elton John- y en casi todas las solapas -incluida la del guardaespaldas de Liz- en forma de lacito rojo.

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