DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER TRABAJADORA

Las españolas que trabajan fuera de casa dedican al hogar tres horas diarias mas que los hombres

Se han superado muchos prejuicios en el acceso de la mujer al trabajo; pero, según las asociaciones feministas, la principal traba continúa de forma soterrada: la incorporación de las mujeres a la vida pública está condicionada por la tradicional adscripción de la mujer a las tareas domésticas. Un estudio de 1992 del Ministerio de Asuntos Sociales así lo señala: "Las españolas dedican una media de 6,3 horas diarias a los trabajos del hogar; los españoles sólo 1,3 horas. Las mujeres que trabajan fuera del hogar dedican a éste casi cuatro horas diarias". Ayer se celebró el Día Internacional de l...

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Se han superado muchos prejuicios en el acceso de la mujer al trabajo; pero, según las asociaciones feministas, la principal traba continúa de forma soterrada: la incorporación de las mujeres a la vida pública está condicionada por la tradicional adscripción de la mujer a las tareas domésticas. Un estudio de 1992 del Ministerio de Asuntos Sociales así lo señala: "Las españolas dedican una media de 6,3 horas diarias a los trabajos del hogar; los españoles sólo 1,3 horas. Las mujeres que trabajan fuera del hogar dedican a éste casi cuatro horas diarias". Ayer se celebró el Día Internacional de la Mujer Trabajadora.

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"Es imposible que la incorporación de la mujer al mundo laboral sea efectiva, mientras continúe la doble jornada. Es un asunto de locas o supermujeres", dice la socióloga María José Ramírez, que trabaja en el Centro de Investigación de la Realidad Social (CIRES), en un estudio sobre familia y uso del tiempo que estará listo la próxima semana. "En la mujer sigue descansando la dirección del hogar, en su sentido más amplio, que no incluye sólo cocinar y cuidar a los niños, sino otras tareas de las que apenas se habla, como cuidar a las personas enfermas y mayores de la familia".María José Ramírez distingue entre esas labores que el hombre ha empezado a asumir y aquellas otras hacia las que se muestra más reacio. En el primer grupo: salir a la compra, cuidar las plantas y sacar de paseo a los niños. En el segundo: planchar, cuidar de las personas enfermas y levantarse por la noche a atender a los hijos que tienen sed o les asusta la oscuridad. "El hombre se presta, por ejemplo, a preparar el desayuno; pero muy poco a elaborar la comida principal del día", dice Ramírez.

Desgaste psicológico

El CIRES ya ha elaborado una encuesta sobre los papeles que representan habitualmente hombres y mujeres; con datos como éste: el español dedica una media de 26 minutos diarios a salir con sus amigos y alternar. A la mujer apenas le queda tiempo para ello, pero dedica un tiempo parecido a compromisos sociales, como recibir o hacer visitas. Sin embargo, ambos sexos son igual de presumidos: "La española dedica una media diaria de 38 minutos al cuidado e higiene personal. El español, 33 minutos".Según el estudio sociológico Actitudes sociales de las españolas del Instituto de la Mujer, organismo dependiente del Ministerio de Asuntos Sociales, "es evidente que la doble jornada no sólo implica un mayor desgaste físico, sino también psicológico. De ahí que a la imagen de mujer liberada que se asigna a las mujeres con ocupaciones extradomésticas se le superponga la de ser una esclava o una supermujer". Ese mismo estudio evidencia la distancia existente entre lo que se dice y lo que se hace: "Aunque el 58% de la población considera que las tareas domésticas son propias de ambos sexos, en la práctica, el 75% de las mujeres realiza estas tareas en exclusiva".El estudio revela que sigue habiendo tareas muy de chicos, y otras muy de chicas. Así, según datos del año pasado, comprar ropa de vestir es un asunto de mujeres exclusivamente en el 57,5% de los casos; tomar medidas de control de la natalidad corresponde casi en un 20% a las señoras, sólo a ellas. Sin embargo, conducir el coche es cosa de hombres, sólo de hombres, en el 52,3% de los encuestados.

El último estudio de la socióloga María Ángeles Durán, experta en analizar el trabajo doméstico masculino y femenino en España desde hace 20 años, destaca que el hombre español dispone, como media diaria, de 2 horas y media más que la mujer para dedicarlas a lo que él quiera. Explica que las reivindicaciones por la igualdad de la mujer deben dar ahora un vuelco intelectual: "Hay que reinterpretar todos los parámetros económicos de PIB y Renta Nacional". Cree que es la forma más rigurosa de plantearse esas dobles jornadas, la trampa que no tuvieron en cuenta las reivindicaciones feministas de varias décadas atrás.

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