Tribuna:

Calidad de vida y organización del tiempo de trabajo

En los debates realizados en España con las mujeres que ocupan puestos de responsabilidad, afirma la autora, el horario aparece como un obstáculo para la promoción profesional y como elemento determinante para que los compañeros y maridos no compartan la vida del hogar y" el cuidado de los hijos. Sobre todo, agrega, se destaca que la jornada, tal como está organizada, es irracional.

Los indicadores socioeconómicos permiten afirmar que España está entre las sociedades desarrolladas, si bien quedan aún determinados rasgos diferenciales -algunos pueden llegar incluso a verlos positivos- de...

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En los debates realizados en España con las mujeres que ocupan puestos de responsabilidad, afirma la autora, el horario aparece como un obstáculo para la promoción profesional y como elemento determinante para que los compañeros y maridos no compartan la vida del hogar y" el cuidado de los hijos. Sobre todo, agrega, se destaca que la jornada, tal como está organizada, es irracional.

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Los indicadores socioeconómicos permiten afirmar que España está entre las sociedades desarrolladas, si bien quedan aún determinados rasgos diferenciales -algunos pueden llegar incluso a verlos positivos- de una cultura del trabajo tradicional, como los horarios.Probablemente la discusión sobre la flexibilización laboral y la falta de adecuación de los horarios a la vida cotidiana se ha producido por la entrada de mujeres en los puestos de responsabilidad, donde uno de los requisitos que se exigen es la plena disponibilidad y cuya carencia se adjudica sólo a las mujeres. Pero surgen reivindicaciones sobre lo que muchas mujeres y algunos hombres creen que es un obstáculo para un desarrollo profesional pleno y una mayor calidad de vida. El debate sobre la organización del tiempo de trabajo no es exclusivo de España, aunque en Escandinavia y Norteamérica el problema de la racionalización del tiempo de trabajo, y por ende del alargamiento de la jornada, es mucho menor que aquí, donde se prolonga ésta indefinidamente.

Tradicionalmente, el trabajo y los roles familiares han sido menos compatibles para las mujeres que para los hombres, por lo que aparece como reivindicación femenina. Pero hemos llegado a un punto en que el debate sobre la igualdad laboral y social entre los sexos, el acceso de las mujeres a la vida pública, la incorporación de los hombres a la vida familiar y el cuidado de los hijos están muy relacionados con el Mundo de las organizaciones, y en particular con la cultura de las empresas y de la Administración.

Si las políticas de la Comisión Europea y de las administraciones públicas para involucrar a los padres en el reparto de responsabilidades familiares no han sido hasta hoy muy eficaces, habría que pensar en actuaciones para que las organizaciones y empresas y también los sindicatos incorporaran a sus mesas de negociación la flexibilización del tiempo de trabajo y la adecuación de los horarios a los servicios de la comunidad.

La revista norteamericaria Fortune International , en un artículo publicado en 1991 (Pioneers of the new balance) daba cuenta de un fenómeno de plena actualidad en Estados Unidos: la elección por parte de muchos directivos y directivas de horarios flexibles, trabajo a tiempo parcial, para dedicarse más a su vida familiar y personal sin que afecte negativamente a su carrera. Muchas empresas norteamericanas optan por dar esta posibilidad a sus empleados y empleadas (le alta cualificación para no perderles.

En España, en todos los debates con las mujeres con responsabilidad en empresas o en la Administración, el horario aparece de forma unánime como obstáculo para la promoción profesional y elemento determinante para que los compañeros y maridos no compartan la vida del hogar y el cuidado de los hijos. Sobre todo, se destaca que la jornada, hoy, tal como está organizada, es irracional. Se señala que la absoluta disponibilidad masculina para el trabajo no obedece a otro motivo que el permanecer a la expectativa de lo que pueda suceder, mientras que la delimitación objetiva de un horario permite mejor planificación del tiempo, con que se alcanza mayor eficacia. Como ejemplo, se citan los países del entorno europeo, donde a las 18 la Administración cierra.

En Europa ha aparecido una nueva propuesta interesante desde el punto de vista de la organización social. La comisión femenina del entonces Partido Comunista Italiano, constatando el hecho de que las mujeres trabajan fuera del hogar y soportan la doble jornada, elaboré un proyecto de ley para establecer un nuevo "derecho al tiempo", partiendo del descubrimiento y valorización de los trabajos de las mujeres y de la crítica a la división sexual del trabajo.Propuesta interesanteSe pretendía reducir el tiempo de trabajo para hombres y mujeres a 35 horas semanales. El trabajo doméstico o privado debería convertirse en una actividad-socialmente reconocida a repartir entre hombres y mujeres, y los permisos parentales o por motivos de familia deberían considerarse como tiempo socialmente útil. No es sólo una propuesta para reducir la jornada laboral ; su planteamiento es más amplio y enfoca una nueva organización de la vida cotidiana. La organización de los horarios laborales, de comercios, empresas y servicios compete al municipio.

En España, abordar la organización del tiempo de trabajo es particularmente difícil. . Todos los países comunitarios, con algunas variaciones, tienen un horario de 9 a 18, mientras que en España las jornadas terminan pasadas las 20.

En una encuesta del Instituto de la Mujer sobre redes de cuidados de hijos, en una muestra de 2.000 mujeres aparecieron 500 horarios distintos. Se puede entrar a trabajar de 7 a 11 de la mañana y salir desde las 3 de la tarde a las 10 de la noche. Ello sin hablar de la inadecuación de jornadas laborales y colegios y comercios.

Lo curioso es que, si bien desde las mujeres se plantean estas reivindicaciones, para los sindicatos y para los hombres con puestos decisorios en las organizaciones no parece ser preocupante. Sin embargo, es esperanzador que en el último Congreso Mundial de Dirección de Personal, celebrado en Madrid, se presentaran informes sobre la necesidad de políticas de empresa para compatibilizar trabajo profesional y familiar.

Somos sobre todo las feministas las que planteamos la organización del tiempo de trabajo. Quienes defendemos la incorporación de las mujeres al mercado laboral porque representa la independencia vemos el riesgo que algunas de ellas, tras un periodo de trabajo y ante la imposibilidad de tener calidad de vida, escojan sólo el mundo privado porque las ventajas de su actividad no son tantas ni las ganancias tan netas. Esta opción ya aparece individualmente en otros países, como lo demuestra que las grandes compañías norteamericanas reflexionen sobre la flexibilidad.

Es preciso deshacer el mito de que el hombre y la mujer directivos son más productivos cuantas más horas trabajen -de hecho, el personal de más alto nivel dedica mucha parte de su tiempo a reuniones y seminarios no son siempre productivos- Por otra parte, hay que rechazar el estereotipo de que una mujer o un hombre que prestan atención a su mundo privado no están verdaderamente interesados por su trabajo, y demostrar que las personas que compatibilizan la vida personal y profesional son mucho más rentables para las organizaciones.Cambio de gestión

Ello requiere, naturalmente, un cambio en la gestión de recursos humanos, identificando entre sus metas la armonización de la vida profesional y familiar de los empleados, la flexibilización y satisfacción de las necesidades personales para mejorar el ambiente de trabajo. Y crear sistemas de evaluación de desempeño del puesto para que se vea que la productividad no está reñida con una vida personal y familiar plena. La entrada de mujeres en puestos directivos puede ayudar a plantear modernas culturas empresariales sobre la organización del trabajo.

En vista de las previsiones demográficas, que apuntan a una entrada masiva de mujeres en todas las categorías y puestos, y de la tendencia al abandono de los trabajos con dedicación altísima por valiosos profesionales, las empresas tendrán que lograr retenerlos. Las empresas españolas y los sindicatos podrían planterar una nueva organización del trabajo y de la calidad de vida de sus empleados, hombres o mujeres.Matilde Vázquez Fernández es subdirectora general de Estudios del Instituto de la Mujer.

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