Los jóvenes escritores huyen de la identificación ideológica

Noventa autores entre 18 y 30 años se han reunido en Málaga

Los 90 jóvenes escritores que han participado en el foro Literatura y compromiso, clausurado el pasado fin de semana, han aprendido más de sí mismos que de los literatos consagrados que han actuado como maestros. La posibilidad del intercambio de ideas entre los principiantes ha resultado a la postre más enriquecedor que el pretendido apasionante debate sobre la exigencia ética que el escritor tiene con la realidad. En Mollina (Málaga), los escritores del 2000 han iniciado una huida de la identificación ideológica.

Los 90 escritores de entre 18 y 30 años que han participado en el foro n...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Los 90 jóvenes escritores que han participado en el foro Literatura y compromiso, clausurado el pasado fin de semana, han aprendido más de sí mismos que de los literatos consagrados que han actuado como maestros. La posibilidad del intercambio de ideas entre los principiantes ha resultado a la postre más enriquecedor que el pretendido apasionante debate sobre la exigencia ética que el escritor tiene con la realidad. En Mollina (Málaga), los escritores del 2000 han iniciado una huida de la identificación ideológica.

Los 90 escritores de entre 18 y 30 años que han participado en el foro no se conocían entre sí, ni siquiera los procedentes de los mismos países. Por esto, para el malagueño Carlos Oliva el aspecto más interesante del encuentro es, sin duda, la posibilidad de conocer otra gente "que hace lo que tú, pero que tiene otras inquietudes; saber qué nos motiva a escribir". El encuentro ha brindado la oportunidad de que los jóvenes puedan calibrar su talento o sus inicios. Por ello, muchos de los participantes han lamentado que no se destinara más tiempo a la propia experiencia de los participantes. De cada jornada, sólo 10 minutos han estado dedicados a la presentación de la propia obra.Uno de los participantes españoles ironiza sobre la aportación de los escritores consagrados: "Son gente venerable, los queremos y los respetamos mucho, pero no nos han contado nada que no supiéramos, aunque siempre es emocionante encontrarte de cerca con tu escritor favorito". La mayoría destaca cómo de Jorge Amado han aprendido el mejor método para escribir: "Vive".

El encuentro ha dejado entrever muchas dudas acerca del compromiso que el escritor tiene con la sociedad. "No somos una generación boba ni del vacío como se nos llama en algunos sitios", asegura entre los asentimientos de sus compañeros el venezolano Elio Palencia. El joven escritor comparte con Roa Bastos que hay ciertas épocas en las que el compromiso es muy demandado, como la lucha contra el fascismo, que es una cultura que conduce a la muerte. "Hay unos principios ideológicos que casi todos compartimos por nuestro compromiso personal, pero hay que huir de encorsetamientos. Nadie pretende rescatar el marxismo o el existencialismo. La pretensión del escritor es crear un mundo a través de la palabra", concluye.

El malagueño Carlos Oliva se lamenta de que "se nos requiera que recuperemos algunos valores, de que seamos un foco del que se sacan las ideas. Tenemos que asumir una medianía, los escritores somos gente normal". Para Elio Palencia, la diferencia entre la generación joven se diferencia de sus maestros en que ellos vivieron sus inicios en entornos sociales muy marcados por las situaciones políticas, en los que sí se les reclamaba un compromiso ideológico claro. Pero también les une el que los escritores consagrados que han participado en el foro "han llegado a la conclusión de que su compromiso es consigo mismo, con la creación". Por ello vuelve a recordar la consigna vitalista de Jorge Amado.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Archivado En