Entrevista:

"Hoy en día es más difícil ser de izquierdas que ser musulmán"

"En la actualidad, Occidente ve el mundo del islam como el otro, como algo muy distante", manifestó Tariq Alí en Barcelona. "Es más, desde la caída del comunismo hay quien ve el islamismo como al enemigo, lo cual me parece una gran tontería".Tariq Alí, autor de libros comprometidos sobre la política de su país -Can Pakistan survive?- y de obras sobre la lucha de los años sesenta -Streetfighting Years: An Autobiography of the Sixties-, reveló que el origen de su novela A la sombra del granado está, en cierto modo, en las quemas de libros protagonizadas en los últ...

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"En la actualidad, Occidente ve el mundo del islam como el otro, como algo muy distante", manifestó Tariq Alí en Barcelona. "Es más, desde la caída del comunismo hay quien ve el islamismo como al enemigo, lo cual me parece una gran tontería".Tariq Alí, autor de libros comprometidos sobre la política de su país -Can Pakistan survive?- y de obras sobre la lucha de los años sesenta -Streetfighting Years: An Autobiography of the Sixties-, reveló que el origen de su novela A la sombra del granado está, en cierto modo, en las quemas de libros protagonizadas en los últimos años por los fanáticos islámicos. "Una de las razones que me impulsaron a escribir este libro", dijo, "fue lo que le sucedió a Salman Rushdie; ver como los jóvenes fanáticos islámicos hacían hogueras con sus libros me hizo considerar que valía la pena mostrar que en el islam hay una larga tradición de disidencia y que es precisamente el islam la religión que ha sufrido más quemas de libros".

Alí se refiere en A la sombra del granado a la quema de libros islámicos ordenada por el cardenal Cisneros en Andalucía en 1499. La novela refleja la riqueza de la civilización islámica en el siglo XV y el drama de su agonía. "Escribí este libro", dijo Alí, "intentando evocar un momento feliz de la historia en el que musulmanes, cristianos y judíos convivían sin problemas, pero esto desapareció de un modo brutal".

Tariq Alí reflexionó sobre el desconcierto ideológico actual con las siguientes palabras: "Es cierto que la situación no es muy buena tras la caída de la izquierda y que la imagen actual de Europa es bastante dramática, pero si es necesario yo seguiré luchando con el puño literario".

Al tratar en concreto la angustiosa situación que vive su amigo Salman Rushdie, condenado a muerte hace cuatro años por el régimen iraní, Alí consideró: "Su situación es muy trágica porque, aun en el caso más feliz de que el Gobierno iraní revocara la sentencia, cosa que no creo que haga, tampoco cambiaría su vida. Siempre habrá algún fanático que querrá ganarse el cielo asesinándolo. Es un problema sin solución y lo único que podemos hacer es desearle a Rushdie una larga vida y que pueda escribir muchos libros". "Si un loco mató a John Lennon sólo para hacerse famoso", añadió, "¿cómo podemos esperar que no habrá uno que asesine a Rushdie cuando le prometen el cielo?".

Alí, de todos modos, manifestó que él no se deja influir por el miedo a la hora de escribir. "Creo que hay una reciente intolerancia en países que se consideran islámicos. Un escritor egipcio fue asesinado recientemente por fanáticos y lo mismo sucedió con un periodista turco. Cada vez que el comportamiento de Occidente da una bofetada al islam, crece el número de fanáticos islámicos. Un ejemplo lo tenemos en los palestinos, pueblo tradicionalmente secular en el que, cuanto más se le margina más crece el fanatismo religioso. Y lo mismo pasa en Argelia, país que vive unos momentos desesperados que son un caldo de cultivo para el fanatismo. Hay que aceptar que esto sucede en parte por la caída de la izquierda, que ha hecho que haya gente que no vea otra salida que el fanatismo".

Tariq Alí quiso subrayar que hay muchos tipos distintos de islamismo. "Si contemplamos la Arabia Saudita y los estados del Golfo Pérsico", dijo, "vemos que hay allí unos dirigentes que sólo representan a los que viven del petróleo y a los países occidentales. Y, en cambio, son fanáticos religiosos. Paquistán, por otra parte, es uno de los países más fundamentalistas, y sus últimos gobiernos están controlados por Occidente. Tampoco Indonesia, que es un país muy musulmán, se contempla como una amenaza en términos de religión. Y es que en Occidente cuando se piensa en una amenaza de este tipo siempre se piensa, casualmente, en Libia e Irán, que son países que se han opuesto al imperialismo norteamericano".

Alí, que calificó de confusa la actual situación en Pakistán, a la espera de que se defina la política de Clinton en Estados Unidos, elogió el reciente, viaje de Felipe González a India y China, ya que, según dijo, "son países a tener muy en cuenta en el futuro de la economía mundial".

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