Milosevic nombra un Gobierno a su medida en Belgrado

Nikola Sainovic ingeniero de 45 años, es el nuevo primer ministro serbio. El nuevo Gobierno propuesto ayer por Sainovic ante el Parlamento de Belgrado lo componen, en su mayoría, los ministros del Gobierno anterior, miembros del Partido Socialista Serbio, que lidera Slobodan Milosevic. El Partido Socialista Serbio, que controla 101 de los 250 escaños del Parlamento, optó por formar un Gobierno monopartidista, aunque cuenta con el apoyo de los ultranacionalistas, que tienen 73 estaños.Los principales partidos de oposición -la coalición DEPOS y el Partido Democrático- rehusaron participar en el ...

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Nikola Sainovic ingeniero de 45 años, es el nuevo primer ministro serbio. El nuevo Gobierno propuesto ayer por Sainovic ante el Parlamento de Belgrado lo componen, en su mayoría, los ministros del Gobierno anterior, miembros del Partido Socialista Serbio, que lidera Slobodan Milosevic. El Partido Socialista Serbio, que controla 101 de los 250 escaños del Parlamento, optó por formar un Gobierno monopartidista, aunque cuenta con el apoyo de los ultranacionalistas, que tienen 73 estaños.Los principales partidos de oposición -la coalición DEPOS y el Partido Democrático- rehusaron participar en el Gabinete. La coalición DEPOS boicoteó la reunión parlamentaria de ayer en protesta por el cambio de legislación que impide la participación de la oposición en la Cámara de las Repúblicas del Parlamento federal. Esta Cámara la componen 20 miembros del Parlamento serb1o y 20 del montenegrino. Los socialistas y los ultranacionalistas controlan ahora todos los escaños.

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Sainovic expuso su programa centrado en tres puntos: elevar la producción, luchar contra la hiperinflación y promocionar el empleo público.

La economía serbia está en ruinas: la mitad de las empresas no funciona y más de un tercio de la mano de obra está en la calle (vacaciones forzosas) con un salario del Estado. Sólo la omnipresente mafia asegura el suministro de numerosos productos, violando el embargo internacional y llenando las tiendas. La promesa de Sainovic de combatir a los delincuentes suena ilusoria, puesto que el Gobierno no podría subsistir sin su apoyo.

Su programa es irrealizable, ya que la anunciada lucha contra el crimen debería empezar en el Parlamento serbio, algunos de cuyos diputados controlan el mercado negro en divisas y organizan el contrabando de vehículos.

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