Año nuevo, vida sana

Mantenerse en forma depende fundamentalmente de, la constancia en hábitos saludables

Cada diciembre, saldo de final de año. Cada enero, deseos de una vida más sana: hacer deporte, rebajar los kilos acumulados, abandonar -de una vez por todas- el tabaco, reducir el consumo de alcohol ...Año nuevo, salud nueva. Propósitos de enmienda renovados cada año con el horizonte puesto en una vida más larga. O, al menos, más sana. Un objetivo, dicen los expertos, íntimamente ligado con la constancia. Para estar sano y en forma no hay más secreto que mantener un equilibrio en el estilo de vida: dieta variada, sueño regular, nada de tabaco y ejercicio físico moderado son las recomendaciones...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Cada diciembre, saldo de final de año. Cada enero, deseos de una vida más sana: hacer deporte, rebajar los kilos acumulados, abandonar -de una vez por todas- el tabaco, reducir el consumo de alcohol ...Año nuevo, salud nueva. Propósitos de enmienda renovados cada año con el horizonte puesto en una vida más larga. O, al menos, más sana. Un objetivo, dicen los expertos, íntimamente ligado con la constancia. Para estar sano y en forma no hay más secreto que mantener un equilibrio en el estilo de vida: dieta variada, sueño regular, nada de tabaco y ejercicio físico moderado son las recomendaciones básicas de los especialistas. Es decir, llegar a la vejez en buen estado depende de los hábitos de vida.

Más información

"Si somos demasiado meticulosos con las cosas de la salud le quitamos la salsa a la vida", opina Miguel Ángel Pérez, almacenista de 25 años. Sin embargo, no hay que ser masoquista para estar en forma y sano, sino "hacer cosas sencillas", explica José María Carro, médico de familia y ex director general de Salud Pública. "Compramos alimentos sofisticados y vamos al gimnasio, cuando lo sencillo y barato es alimentarse de forma adecuada y caminar", explica.En opinión de Paloma Soria, médico del servicio de dietética del hospital Ramón y Cajal, son tres los pilares de la alimentación sana: la información, la educación y la constancia. "Hay que tener unos conocimientos sobre cómo alimentarse y educar a la población en los hábitos adecuados", afirma la especialista. "La dieta que mejor protege contra determinados riesgos cardiovasculares sigue siendo la mediterránea", cuyos componentes fundamentales son las legumbres, las verduras, la fruta fresca, el aceite de oliva y el pescado.

Pero esta dieta rica y variada está perdiendo seguidores en favor de un régimen con exceso de grasas saturadas -las animales y ciertas vegetales como las de coco, palma y palmito-, y en detrimento de la ingesta de legumbres, que contienen proteínas, y los carbohidratos y la fibra (pan, arroz, derivados de cereales), en vez de los azúcares. "Sobre todo los niños y jóvenes con7 sumen demasiadas comidas preparadas", afirma Carro, "demasiadas grasas animales ricas en colesterol, y demasiado azúcar".

Comida basura

Miguel Ángel Martín, estudiante de 16 años, es un ejemplo del gusto por la llamada comida basura, cocina rápida y sin complicaciones: "Me encantan las pizzas, las hamburguesas y las patatas fritas, aunque hacen tripita", comenta dándose unos golpecitos en el vientre.

La doctora Soria advierte que la alimentación desequilibrada no sólo aumenta el riesgo de padecer o agravar las enfermedades cardiovasculares, sino que desemboca también en la obesidad, la hipertensión y los problemas articulares.

Por tanto, es esencial mantener un equilibrio entre el consumo y gasto de energía: "La grasa es la moneda de almacenaje de energía más eficaz", apunta Soria, "pero no por necesaria debe abusarse de ella". Más pescado y menos carne -tres veces por semana es suficiente-, fruta fresca y verduras todos los días, legumbres y más productos lácteos, aconseja la especialista. Las dietas rápidas y radicales con las que. se flagelan muchas personas "no valen para nada y, además, los diuréticos pueden ser peligrosos para la salud", añade Soria.

Cristina Reinoso, de 35 años y licenciada en Ciencias Políticas, no sigue "dietas organizadas", pero siempre se encuentra "al borde del sobrepeso"., Combate los kilos de más a su manera: "Hago ayunos, porque si dejas de comer pierdes el apetito. Además, procuro entretenerme y divertirme para olvidarme de la comida".

Ejercicio regular

Javier Martínez, economista de 31 años, no hace ejercicio, salvo alguna partida de chinchón y los, paseos por la oficina". Según datos de 1989, el 31,5% de los españoles practica ejercicio físico. Los, expertos de la salud lo recetan porque la vida sedentaria no es sana y la actividad física mejora la función cardiovascular, la movilidad articular y además ayuda a quemar grasas.

"El ejercicio es importante para la salud y para mantenerse en forma porque, entre otras cosas, reduce el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares", comenta Esteban Gorostiaga, especialista en medicina deportiva. Aconseja media hora de ejercicio tres veces por semana, pero "no cualquier tipo de actividad fíica". "Deben ser deportes realizados a intensidad media y con ritmo continuo", como el ciclismo, la natación o caminar, de forma que "hagan respirar"pero que también permitan hablar".

Según Gorostiaga, varios estudios indican que la actividad física aumenta en dos años la esperanza de vida para las edades entre 35 y 65. Sin embargo, en el momento del esfuerzo corporal, aumenta el riesgo de muerte súbita. "Cada persona debe realizar el ejercicio que corresponda a sus capacidades físicas", sin agotarse o hacer esfuerzos sobrehumanos, opina Gorostiaga, ya que el cuerpo de. una persona habituada al ejercicio no responde igual que el de los obesos. "La constancia y la intensidad son muy importantes. Los ejercicios que requieren un esfuerzo intenso y muy intermitente no son aconsejables", añade.

El sexo, energía liberadora

S. V. "El sexo es algo sanísimo, porque ayuda a liberar tensión y después te sientes muy relajada", comenta Marga López, secretaria de 25 años. Julián Fernández de Queró, de la Sociedad Sexológica de Madrid, está de acuerdo: "La actividad sexual está muy relacionada con el bienestar físico. Hace que las personas tengan una actitud más positiva ante la vida y se sientan mejor". En su opinión, el sexo es producto de la energía excedente y forma parte del conjunto de actividades del ser humano. Según Marga, siempre queda algo de energía para el sexo: "Hace olvidar el agotamiento".

¿Con qué frecuencia es sano practicarlo? "No hay medida estándar, eso depende de cada persona", dice el sexólogo. Las consultas más frecuentes que recibe están relacionadas con el modelo sexual vigente, "que considera la penetración y el coito como la técnica de relación perfecta para la pareja".

Según el sexólogo, muchas personas intentan adecuar su comportamiento a estos patrones, lo que les conduce a una preocupación excesiva por el rendimiento sexual. "Hay que tener una actitud crítica, hacia los mensajes que manda la sociedad. No existen reglas para la frecuencia o técnica en la actividad sexual, pero para que sea sano y placentero debe ser deseado", apostilla el experto.

Felices sueños

S. V. "Nadie se muere de insomnio", pero hay personas que tienen la sensación de que apenas han dormido o que duermen mal y poco", explica Apolinar Rodríguez Albariño, jefe del servicio de neurofisiología de La Paz, de Madrid. El insomnio es una de las alteraciones del sueño más comunes, y sus causas son de carácter psicológico y social, según los especialistas. Aproximadamente un 20% de los españoles afirma que duerme mal, y en el caso de las mujeres entre 40 y 60 años el porcentaje se eleva al 40%, explica Rodríguez Albariño.

Como síntoma de enfermedades psiquiátricas, el insomnio puede aparecer asociado a cuadros depresivos y, por otra parte, a estados de insatisfacción general o de trastornos de la percepción del sueño. Este déficit de sueño o su baja calidad tienen como consecuencia falta de rendimiento en el trabajo, cambios de humor...

En muchos casos basta con variar ciertos hábitos de vida para recuperar el sueño tranquilo: no tomar estimulantes a partir del mediodía, ingerir una cena ligera, algo de ejercicio antes de dormir y mantener un horario regular son formas de prevenir y remediar el insomnio. En cuanto al tiempo que precisa el cuerpo para descansar, los especialistas recomiendan entre siete y ocho horas de sueño cada noche.

Sobre la firma

Archivado En