Delors pide más presencia de Europa en el mundo

El presidente de la Comisión de la CE, Jaeques Delors, pidió ayer, viernes, a los europeos que asuman desde 1993 la "inmensa tarea" de mantener "una presencia más activa en los grandes asuntos mundiales". En una declaración publicada con motivo del Año Nuevo, el jefe del Ejecutivo de la Comunidad Europea lamentó que "un cierto pudor" haya impedido festejar, como se hubiera debido, la entrada en vigor del mercado único y la simbólica fecha del 1 de enero de 1993.

"Pienso, en particular, en la tragedia yugoslava que está ocurriendo en nuestra propia Europa, a nuestro lado. Pienso también ...

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El presidente de la Comisión de la CE, Jaeques Delors, pidió ayer, viernes, a los europeos que asuman desde 1993 la "inmensa tarea" de mantener "una presencia más activa en los grandes asuntos mundiales". En una declaración publicada con motivo del Año Nuevo, el jefe del Ejecutivo de la Comunidad Europea lamentó que "un cierto pudor" haya impedido festejar, como se hubiera debido, la entrada en vigor del mercado único y la simbólica fecha del 1 de enero de 1993.

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"Pienso, en particular, en la tragedia yugoslava que está ocurriendo en nuestra propia Europa, a nuestro lado. Pienso también en todas aquellas víctimas de esta crisis económica mundial que la Comunidad tampoco ha podido atajar", dice Delors.A pesar de las dificultades por las que ha atravesado la CE durante 1992, la Comunidad ha recobrado al final, según cree Jacques Delors, "una cierta confianza en sí misma en este gran mercado sin fronteras interiores".

A las 00.00 de ayer viernes entró en vigor el mercado único, que permitirá la libre circulación de mercancías, capitales, servicios y personas entre los 12 países de la CE (Alemania, Bélgica, Dinamarca, España, Francia, Grecia, Holanda, Irlanda, Italia, Luxemburgo, Portugal y Reino Unido). La fecha del 1 de enero de 1993 fue propuesta hace siete años por Delors como compromiso político, no jurídico, para alcanzar, de una vez, la meta buscada desde 1958 por Europa occidental y, repetidas veces, pospuesta: un verdadero Mercado Común.

Los Doce han cumplido con la cita pero no con todas las promesas contenidas en el programa inicial. Especialmente la que atañe a los controles fronterizos sobre las personas, no ha podido cumplirse a tiempo.

Delors, gran promotor de este espacio sin fronteras, reiteró que los europeos "podrán no sólo comerciar, sino también circular libremente, estudiar, trabajar o residir en cualquier país de la Comunidad".

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El siguiente paso, la unión política y monetaria de los Estados europeos, "se encuentra en marcha", a su juicio, tras las decisiones financieras adoptadas por los jefes de Estado o Gobierno en la pasada cumbre de Edimburgo (11 y 12 de diciembre).

La ampliación de la CE a nuevos miembros debe ahora "prepararse con cuidado", en paralelo con una integración monetaria más profunda y una cooperación económica y social, si se quiere sacar el máximo provecho al mercado único.

"Juntos debemos mantener", añadió Delors, "una presencia más activa en los grandes asuntos mundiales donde están en juego la paz, la libertad, el respeto al otro y la solidaridad con todos los pobres".

Interés común

Esta "tarea inmensa" podrá realizarse siempre que exista en los 12 Gobiernos la "voluntad política de identificar el interés común de los pueblos de Europa" y "se le deje a cada institución desempeñar el papel que los tratados le asignan". "Sólo entonces se hará realidad la máxima de que la unión hace la paz, la fuerza y la generosidad en el mundo de hoy", concluye la declaración.

Bruselas, recién confirmada por los Doce como capital oficial de la CE, fue la ciudad comunitaria que más festejó en la madrugada de ayer y con cierta solemnidad la abolición de las fronteras. Una gran antorcha, prendida con las llamas de los doce países miembros, presidió la ceremonia oficial en el céntrico parque del Cincuentenario, donde se congregaron al son del Himno a la alegría de Ludwig van Beethoven centenares de personas, así como miembros del Gobierno belga y embajadores de varios países.

Ceremonias similares también se celebraron en la, capital británica, Londres, y en la capital griega, Atenas, si bien los responsables de los países de la Comunidad Europea han optado por la sobriedad.

El mercado único no ha supuesto la total abolición de los controles sobre la libertad de circulación de personas, que constituirá la medida más espectacular. Esta decisión será adoptada hacia mediados del año que acaba de comenzar.

Los europeos han elegido también el 1 de enero para la entrada en vigor del Espacio Económico Europeo que deberá asociar a los siete países de la Asociación Europea de Libre Comercio. Suiza, miembro de esta última asociación rechazó su participación en un referéndum celebrado el pasado 6 de diciembre.

El presidente de Suiza, Adolf Ogi, realizó ayer un llamamiento para romper el aislamiento de su país tras la negativa en el referéndum a integrarse en el Espacio Económico Europeo. El voto negativo procedió, sobre todo, de los cantones de habla alemana, mientras las zonas francófonas se pronunciaron a favor del Espacio Económico Europeo.

"Es importante", señaló Ogi en una entrevista televisada, "que un país fuerte como el nuestro, dé todos los pasos necesarios en la dirección de Europa y del inundo". "Suiza", agregó el presidente, "no puede permitirse el lujo del aislamiento".

Más información en páginas 33 a 35

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