Campanas al vuelo
Vianants Danza
Gárgolas: Coreografía: Antonio Aparisi; música: Llorenç Barber; vestuario: París Latino; dirección: Gracel Mencu. Ciclo Danza en Diciembre. Sala Olimpia, Madrid. 20 de diciembre.
El ciclo de danza actual de la Sala Olimpia ha terminado con un excelente espectáculo de Vianants. Los valencianos han brillado especialmente esta vez, pues anteriormente ya Ananda Dansa con su Borgia Imperante habían hecho derroche de imaginación y recursos bien empleados. Ambos con untos acabaron con sendas campanadas al vuelo. En este caso, feliz y justificada coincidencia...
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Vianants Danza
Gárgolas: Coreografía: Antonio Aparisi; música: Llorenç Barber; vestuario: París Latino; dirección: Gracel Mencu. Ciclo Danza en Diciembre. Sala Olimpia, Madrid. 20 de diciembre.
El ciclo de danza actual de la Sala Olimpia ha terminado con un excelente espectáculo de Vianants. Los valencianos han brillado especialmente esta vez, pues anteriormente ya Ananda Dansa con su Borgia Imperante habían hecho derroche de imaginación y recursos bien empleados. Ambos con untos acabaron con sendas campanadas al vuelo. En este caso, feliz y justificada coincidencia.Danza en Diciembre ha cumplido su tercer año avalando con creces su cometido; es una vitrina de reflexión, y aunque modesta, la única que recoge sin regionalismos absurdos ni otras tonterías, el quehacer dancístico de última hora en el Estado español.
La nueva danza francesa tiene en la cita de Chateauvallon un espléndido foro anual, amplio de medios y tocando el vídeo, la teoría y la didáctica. Lo de la Sala Olimpia podía ser el justo equivalente peninsular. Si algo necesita la nueva danza española es adquirir coherencia a través de un evento cíclico que le aglutine.
Aciertos estéticos
Esta vez se han visto cinco compañías con muy diferentes enfoques y con algunos aciertos llenos de interés. Entre otros, María Rovira demostró madurez con El Pols de l'angel y Margarita Guergué su consecuente y honesto camino estético en Constanza.
Antonio Aparisi ya fue revelación al aparecer como bailarín en el montaje Ribera, y en el concurso coreográfico de Madrid mostró su talento creador. Gárgolas es su primer trabajo largo y lo ha hecho para un conjunto ya con sólida trayectoria y reconocido prestigio.
La gárgola gótica sirve de punto de partida a Aparisi para recrear un ambiente oscuro; las hay muy graciosas, (en Valladolid un canalón apócrifo tiene a un señor con una máquina fotográfica) y las de la Lonja de Valencia, que el coreógrafo veía desde niño, han sido la fuente de inspiración.
La escena aparece desnuda, con el suelo en damero; la lluvia impulsa a los seres de piedra, y el eco de las campanas les anima a la acción. La partitura de Barber se adhiere naturalmente a la estética de la pieza, ayuda al desarrollo de esa mística nocturna donde las esculturas cuentan lo que han visto, una mezcla solemne de la pobreza del burgo con la lucha caballeresca. Con movimientos contemporánes, los bailarines se acercan hasta formar un tejido escultórico casi siempre coral. Grifos, hidras, perros alados y bufones coronados desfilan en una Corte de los Milagros donde no falta la enfermedad, el sexo y la muerte.
El desarrollo coreográfico, por su parte, tiene algunos problemas de ordenación del material, y ello dificulta el ritmo, que poco a poco se va encontrando hacia el final. En general, se abusa del gesto de la boca abierta de la gárgola hasta rebajarlo al lugar común, y el tono realista del combate o torneo se sale de esa recreación casi abstracta que envuelve el resto de la obra.
El personaje creado por Gracel Meneu es potente en su androginia y en una especie de maldad calculada. Es un ser seráfico que entra dentro de la imaginería de la época, a lo que ayuda solventemente el buen vestuario y la luz.