Rabin quiere recobrar popularidad con la expulsión masiva

La caída de popularidad del Gobierno laborista se confirma en Israel. Según los últimos sondeos, el actual primer ministro, Isaac Rabin, perdería las elecciones si se celebraran hoy. La derecha nacionalista quitaría a los laboristas siete escaños. Seis irían al Likud y uno al partido Moledeth, que preconiza la expulsión de todos los palestinos de CisJordania y Gaza. Otro sondeo revela que el 91% de los israelíes aprueba la expulsión de los palestinos miembros supuestos de Hamas.

Estos dos sondeos, que publicaba ayer la prensa israelí, explican mejor que cualquier análisis por qué Ra...

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La caída de popularidad del Gobierno laborista se confirma en Israel. Según los últimos sondeos, el actual primer ministro, Isaac Rabin, perdería las elecciones si se celebraran hoy. La derecha nacionalista quitaría a los laboristas siete escaños. Seis irían al Likud y uno al partido Moledeth, que preconiza la expulsión de todos los palestinos de CisJordania y Gaza. Otro sondeo revela que el 91% de los israelíes aprueba la expulsión de los palestinos miembros supuestos de Hamas.

Estos dos sondeos, que publicaba ayer la prensa israelí, explican mejor que cualquier análisis por qué Rabin creyó necesario replicar a la ofensiva de Hamas con una medida tan extrema y tan inesperada de parte de un Gobierno teóricamente de izquierda. Parece evidente que el primer ministro quería de esta manera recuperar popularidad en una opinión pública molesta frente a la aparente impotencia de las autoridades ante el terrorismo.

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Si el cálculo de Rabin, por tanto, no sorprende, la actitud de los tres ministros del Ratz (izquierda sionista) que votaron sin pestañear a favor de la expulsión fue motivo de sorpresa. Durante años, estos mismos políticos estuvieron en la vanguardia de la lucha a favor de los derechos humanos en los territorios ocupados, y denunciaron las medidas arbitrarias (expulsiones, voladura de casas, detenciones administrativas) tomadas contra los palestinos. El Consejo Nacional del Ratz acaba de condenar la medida de expulsión, desautorizando así a su jefe y actual ministro de Educación, Shoulamith Aloni.

¿Por qué, en estas condiciones, la izquierda sionista decidió apoyar la expulsión? La versión más extendida en los medios políticos es que recibió a cambio promesas de Rabin de que esta medida será seguida de un cambio sustancial en las negociaciones con los palestinos en Washington. El primer ministro, según esta teoría, se ha comprometido a hacer, concesiones importantes que permitirán avanzar rápidamente en el proceso de paz y, de paso, fortalecer la posición de la delegación palestina, que se encuentra precisamente en la defensiva frente a Hamas.

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Contacto con la OLP

Algunos observadores políticos en Jerusalén van más lejos y hablan de una próxima toma de contacto directa con la Organización para la Liberación de Palestina. Benjamin Ben Eliezer, actual ministro de Vivienda y general en la reserva, acaba de hacer una declaración muy señalada al respecto. En una entrevista al periódico Yedioth Aharonoth, el ministro afirma que el levantamiento de la prohibición sobre el diálogo con la OLP permite ahora abrir negociaciones con esta organización. "Estas negociaciones no deben empezar a nivel gubernamental", afirma. "Hay bastantes personalidades que no son directamente vinculadas al Gobierno que pueden perfectamente hablar con dirigentes de la OLP. Arafat constituye un problema, pero existen otros líderes pragmáticos en la dirección de esta organización".

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