Xavier Montsalvatge gana el "Cervantes de la música"

Una entidad privada, la Fundación Jacinto e Inocencio Guerrero, creó el premio denominado Cervantes de la música, dotado con diez millones de pesetas, cantidad neta. El año pasado, este cuponazo sonoro recayó en Joaquín Rodrigo que celebraba su 90 aniversario; ayer lo obtuvo Xavier Montsalvatge cuando festeja su 80 cumpleaños, por el valor relevante de una obra todavía en marcha pues su última página data del mes de agosto.

Gerundense, nacido en 1912 en el seno de una familia de artistas, jurídicos y financieros, Montsalvatge trasteaba el violín a los ocho años. La aptitud decidió s...

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Una entidad privada, la Fundación Jacinto e Inocencio Guerrero, creó el premio denominado Cervantes de la música, dotado con diez millones de pesetas, cantidad neta. El año pasado, este cuponazo sonoro recayó en Joaquín Rodrigo que celebraba su 90 aniversario; ayer lo obtuvo Xavier Montsalvatge cuando festeja su 80 cumpleaños, por el valor relevante de una obra todavía en marcha pues su última página data del mes de agosto.

Gerundense, nacido en 1912 en el seno de una familia de artistas, jurídicos y financieros, Montsalvatge trasteaba el violín a los ocho años. La aptitud decidió su preparación musical en Barcelona con los violinistas Costa y Toldrá, los compositores Morera y Pahissa, y el polifacético Lluís Millet.Tras la contienda civil y al tiempo que inicia su labor crítica en la revista Destino, que se prolongará en La Vanguardia, Montsalvatge se orienta en una doble dirección: el ballet, desde el romántico hasta el españolista, y el antillanismo, fruto de su búsqueda de habaneras en la Costa Brava que culmina en las Canciones negras. El gusto teatral pasa desde la danza a la ópera con dos títulos -El gato con botas y Una voz en off- y un tercero, Babel, 46 que espera su estreno desde hace un cuarto de siglo.

La fresca y luminosa Sinfonía mediterránea inaugura en 1949 la producción sinfónica del músico catalán que culmina, por ahora, en la hermosa Sinfonía de requiem (1985) después de triunfos tan importantes como la Partita y Laberinto. La lírica de cámara asciende a su cima en las Invocaciones al crucificado, para voz y grupo instrumental.

Cosmopolita e independiente por naturaleza, artista sin fronteras, agudo escritor, hombre culto, temperamento mesurado, irónico y con un punto de melancolía, Montsalvatge aporta con su obra un lugar de equilibrio entre generaciones, tendencias y estilos.

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