Escribir en Sarajevo

ENVIADO ESPECIAL¿Qué hay de literario en Sarajevo, en una ciudad aislada por las bombas en medio de Europa?", se preguntó Stanko Cerovic, moderador de un debate celebrado en el marco del Carrefour. "El tema de Sarajevo", respondió él mismo, "es el tema de la imposibilidad de escribir ante experiencias horribles que desgraciadamente se repiten".

"Hay que escribir a pesar de todo", concluyeron los escritores que participaron en el debate. Pero, como muestra de que no es fácil hacerlo, no pudieron asistir los cinco que debían llegar directamente desde Sarajevo.

Sí acudió, en cambio,...

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ENVIADO ESPECIAL¿Qué hay de literario en Sarajevo, en una ciudad aislada por las bombas en medio de Europa?", se preguntó Stanko Cerovic, moderador de un debate celebrado en el marco del Carrefour. "El tema de Sarajevo", respondió él mismo, "es el tema de la imposibilidad de escribir ante experiencias horribles que desgraciadamente se repiten".

"Hay que escribir a pesar de todo", concluyeron los escritores que participaron en el debate. Pero, como muestra de que no es fácil hacerlo, no pudieron asistir los cinco que debían llegar directamente desde Sarajevo.

Sí acudió, en cambio, Katia Celan, escritora bosnia refugiada en Liubliana, quien explicó que está escribiendo las cartas imaginarias que su marido, que sigue bloqueado en Sarajevo, no puede hacerle llegar. Leyó emocionada una de estas cartas, en las que imagina que el marido le cuenta cómo utiliza los libros como barricadas contra las bombas, cómo Shakespeare y Kafka se muestran efectivos ante los ataques.

Velibor Colic, escritor de Bosnia refugiado en Francia, explicó cómo había huido del horror y cómo sentía vergüenza de haberlo hecho. "Al final de El proceso, de Kafka, vemos al ciudadano Josef K. golpeado y pensando que muere como un perro", contó. "Yo también pienso que la vergüenza me sobrevivirá".

Colic explicó que había intentado salvar, junto con unos amigos, los 20.000 libros de la biblioteca municipal de su pueblo, escondiéndolos en una bodega. "Los salvamos de las bombas de la artillería", explicó impotente, "pero al final entró la infantería y los quemó en la plaza del pueblo".

Otra escritora huida del horror de Sarajevo, Slavenka Drakulic, manifestó que era necesario escribir sobre el horror, y no sólo sobre el horror del frente de la guerra, sino sobre el cambio psicológico que la guerra provoca en la gente.

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