Una cuestión de moléculas

La radioastronomía ha permitido descubrir en los últimos 20 años hasta 74 aminoácidos distintos en las nubes de polvo interestelar, ocho de los cuales coinciden con los que en la Tierra son exclusivos de los seres vivos. Ello plantea la cuestión de si la vida surgió en la Tierra exclusivamente por la reacción de elementos que se encontraban en ella, o se produjo por moléculas procedentes del espacio exterior, por ejemplo, como consecuencia del impacto de los grandes meteoritos que cayeron sobre la Tierra hace más de 3.800 millones de años.

"No creo que las moléculas identific...

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La radioastronomía ha permitido descubrir en los últimos 20 años hasta 74 aminoácidos distintos en las nubes de polvo interestelar, ocho de los cuales coinciden con los que en la Tierra son exclusivos de los seres vivos. Ello plantea la cuestión de si la vida surgió en la Tierra exclusivamente por la reacción de elementos que se encontraban en ella, o se produjo por moléculas procedentes del espacio exterior, por ejemplo, como consecuencia del impacto de los grandes meteoritos que cayeron sobre la Tierra hace más de 3.800 millones de años.

"No creo que las moléculas identificadas en el espacio hayan tenido un papel esencial en el origen de la vida terrestre, porque las condiciones atmosféricas no eran adecuadas para su síntesis y las altas temperaturas provocadas por el impacto las habría destruido", afirma Miller.

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Pero la presencia de tantas moléculas de importancia prebiótica en el espacio interestelar indica, según Miller, que existe una química orgánica universal, que en la Tierra dio origen a la vida y que hoy se manifiesta en el espacio interestelar y en las atmósferas de los planetas más importantes del sistema solar. "Ahora mismo, las atmósferas de Júpiter, Saturno y Titanio están produciendo la síntesis de los elementos precursores de los aminoácidos, las purinas, pirimidinas y azúcares que tanta importancia tienen en los organismos vivos de la Tierra. Una síntesis similar debió producirse en el asteroide del que procedía el condrito carbonoso (meteorito solidificado) que cayó cerca de Murchison (Australia) en septiembre de 1969, en el que encontramos abundante materia orgánica", concluye.

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