Crítica:

Pequeña gran voz

Carmel

Carmel (voz y teclados), Jerry Darvy (batería), Jim Paris (bajo, contrabajo y coros). Huígo Delmirani (teclados). Paul Baglis (saxo). Matthew David (coros) y Crazy Joe (voz). Sala Aqualung, Madrid. 29 de septiembre.

Tras cuatro años sin actuar en España, Carmel volvió para desplegar sin reparos su innegable dominio musical.Esta banda inglesa, sumergida en los sonidos añejos, no da espacio a la repetición, y aunque la sangre que recorre su música sea de color, la voz de Carmel McCourt la viste de blanco, creando un extraño ambiente entre la dulzura y el ritmo, la osc...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Carmel

Carmel (voz y teclados), Jerry Darvy (batería), Jim Paris (bajo, contrabajo y coros). Huígo Delmirani (teclados). Paul Baglis (saxo). Matthew David (coros) y Crazy Joe (voz). Sala Aqualung, Madrid. 29 de septiembre.

Tras cuatro años sin actuar en España, Carmel volvió para desplegar sin reparos su innegable dominio musical.Esta banda inglesa, sumergida en los sonidos añejos, no da espacio a la repetición, y aunque la sangre que recorre su música sea de color, la voz de Carmel McCourt la viste de blanco, creando un extraño ambiente entre la dulzura y el ritmo, la oscuridad y la pasión.

Durante la hora y media que duró el concierto, la atención del público quedó tan definida que el éxito rotundo se pudo percibir en más de un tema: Carmel McCourt, acompañada a la voz por el silencio absoluto, interpretó pasajes de algunas canciones. Lo demás fue un planteamiento claro y eficaz, diverso y divertido, donde el espacio para el reggae, el soul, el blues, el jazz, versiones y temas propios no dejaron que el ritmo conseguido desde el primer instante se quebrara. La banda de Carmel es especialista en domar la música, se atreven con todo y todo resulta espectacular. La base rítmica del bajo y la batería se convirtió en un continuo y persistente aliciente que marcaba la pauta para que desde ahí despegasen los demás instrumentos. Hasta el más ínfimo y aparentemente imperceptible detalle quedó plasmado en los arreglos preparados para el concierto.

Carmel McCourt fue la perfecta maestra de ceremonias. Actriz, interpretó temas de sus tres trabajos, dándoles forma de relato. Supo entregar su voz hasta el límite, y el límite de su voz es casi imperceptible. Un jugoso concierto, puro placer y música.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Archivado En