Septiembre ha dejado de ser la segunda oportunidad para acceder a los estudios universitarios

Los estudios de magisterio -la carrera que actualmente registra el más alto índice de desempleo y la mayor parte de los de humanidades, constituyen las escasas opciones de elección para quienes superan la selectividad en septiembre. En las universidades de Madrid, donde la prueba de acceso finalizó ayer, se han examinado unos 10.000 alumnos, que sólo disponen de unas 3.500 plazas en las carreras citadas, puesto que en las restantes se han cubierto con los aprobados de junio. El problema es común a todos aquellos distritos autorizados a limitar el acceso de nuevos estudiantes.

La convoca...

Los estudios de magisterio -la carrera que actualmente registra el más alto índice de desempleo y la mayor parte de los de humanidades, constituyen las escasas opciones de elección para quienes superan la selectividad en septiembre. En las universidades de Madrid, donde la prueba de acceso finalizó ayer, se han examinado unos 10.000 alumnos, que sólo disponen de unas 3.500 plazas en las carreras citadas, puesto que en las restantes se han cubierto con los aprobados de junio. El problema es común a todos aquellos distritos autorizados a limitar el acceso de nuevos estudiantes.

La convocatoria de septiembre de la prueba de selectividad ha perdido su tradicional carácter de segunda oportunidad para quienes no superan el COU o el propio examen de ingreso en la universidad en la convocatoria de junio. Las posibilidades de elección de carrera en la repesca del otoño son mínimas.La vigente legislación sobre la materia concede prioridad al aprobado en la convocatoria de junio sobre el de septiembre. Así, aunque un alumno supere el examen en esta segunda convocatoria con una calificación más alta que aquella con la que ingresó el último de los alumnos admitidos en junio en el centro en que él deseaba ingresar, sólo le quedan cuatro posibilidades: solicitar plaza en las pocas universidades que aún no establecen límites, asumiendo el coste que supone residir lejos de la familia; esperar al año siguiente, corriendo el riesgo de que entonces la nota de corte pudiera ser más alta; emprender unos estudios por los que no tiene interés en principio, o recurrir a la costosa oferta de los centros privados.

Centros privados

Incluso en las instituciones privadas la oferta de septiembre se limita a unas determinadas carreras, puesto que, sobre todo las plazas para los estudios de carácter técnico (ingenierías y arquitectura), se cubren también con los solicitantes de junio. Por otra parte, el alumno que opte por un centro privado deberá estar en condiciones de pagar cuotas mensuales de unas 40.000 pesetas por término medio.En Madrid, sólo algunos colegios universitarios privados, disponen aún de plazas en estudios de fuerte demanda como, Económicas Empresariales, Periodismo, o Publicidad. Es el, caso del Centro Europeo de Estudios Superiores (CEES), que no consiguió cubrir su oferta para tales estudios con los alumnos de junio. Ello explica que todos los que los solicitaron consiguieran plaza y que un simple 5 fuera suficiente, frente al 6,5 que, por término medio, fue necesario para ingresar en los centros públicos.

En la Comunidad Valenciana, la situación no ofrece una mejor perspectiva. Ningún centro con limitación de plazas -en su mayoría técnicas- admitirá a los aprobados en septiembre tanto en el distrito de Valencia como en los de Castellón y Alicante. La única salida que les queda es magisterio y carreras de letras.

En la comunidad autónoma de Cataluña, donde la prueba de selectividad de septiembre se realizó la pasada semana, el panorama es similar. Al examen se presentaron 8.679 estudiantes, que sólo contaban con una oferta residual de 2.800 plazas en las recién creadas universidades de Gerona, Lérida y en los campus de Tarragona y Gerona de la Rovira Virgili.

En todo caso, la oferta se limita, como en los restantes distritos citados, a los estudios de humanidades y magisterio.