Los jefes de la diplomacia comunitaria dicen que el 'no' demolería Europa

La sombra del referéndum francés sobre Maastricht planeó por encima de la reunión de los ministros de Exteriores de la Comunidad Europea, celebrada este fin de semana en Welwyn (cercanías de Londres). No hubo discusión oficial sobre Maastricht pero los 12 ministros acordaron lanzar un mensaje de apoyo al Gobierno de Francia y a favor del voto afirmativo. Un no sería un "terremoto" y supondría "la demolición de la construcción europea" en palabras del ministro francés, Roland Dumas.

Jacques Delors, presidente de la Comisión Europea, reafirmó su intención de dimitir a finales de diciembre...

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La sombra del referéndum francés sobre Maastricht planeó por encima de la reunión de los ministros de Exteriores de la Comunidad Europea, celebrada este fin de semana en Welwyn (cercanías de Londres). No hubo discusión oficial sobre Maastricht pero los 12 ministros acordaron lanzar un mensaje de apoyo al Gobierno de Francia y a favor del voto afirmativo. Un no sería un "terremoto" y supondría "la demolición de la construcción europea" en palabras del ministro francés, Roland Dumas.

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Jacques Delors, presidente de la Comisión Europea, reafirmó su intención de dimitir a finales de diciembre, una vez estuvieran asegurados el mercado único y la financiación comunitaria, si vence el voto negativo.El ministro británico, Douglas Hurd, no quiso hacer precisiones sobre qué medidas de emergencia serían adoptadas en caso de triunfar el no. Pero afirmó que la presidencia semestral británica se. mostrará "dinámica" a partir del día 20 y convocará probablemente una reunión de alto nivel, sea cual sea el resultado francés. El ministro español, Javier Solana, habló de "la gran confianza de los Doce" en la victoria del sí. Dumas fue quien utilizó los términos más dramáticos: el pueblo francés, dijo, tiene "una responsabilidad inmensa", porque un no supondría "un frenazo, posiblemente fatal, para el proceso de unión europea" y "un terremoto que lo pondría todo en tela de juicio y tendría enormes consecuencias políticas, financieras y de todo tipo

El principal punto de la agenda oficial de la reunión se refirió al problema de las corrientes migratorias. El ministro alemán, Klaus Kinkel, presentó a sus colegas un informe "con ribetes dramáticos", en definición de Solana, sobre los problemas que el flujo de emigrantes desde el este de Europa y refugiados de la antigua Yugoslavia están ocasionando en su país. Kinkel señaló que la llegada masiva de refugiados "podría amenazar incluso la estabilidad política de Alemania". Los Doce reafirmaron su principio de que los refugiados deben permanecer en zonas próximas a sus hogares, a la espera de una solución al conflicto.

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