Primera sospecha
Sánchez / Camino, Finito, ChiquilínCuatro toros de Sánchez Arjona, de desigual presencia, manejables, flojos y sospechosos de pitones. 2º, sobrero de
Tassara, basto y manejable. 6º, sobrero de Soto de Luis, serio, manso y sospechoso de pitones.
Rafael Camino: algunos pitos; pitos.
Finito de Córdoba: ovación tras aviso; dos orejas. Chiquilín: silencio; algunos pitos.
Plaza de Albacete. 12 de septiembre.
Quinta de feria. Dos tercios de entrada
Los dos coletudos que apodera la empresa Martínez Uranga de Albacete, Rafael Camino y C...
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Sánchez / Camino, Finito, ChiquilínCuatro toros de Sánchez Arjona, de desigual presencia, manejables, flojos y sospechosos de pitones. 2º, sobrero de
Tassara, basto y manejable. 6º, sobrero de Soto de Luis, serio, manso y sospechoso de pitones.
Rafael Camino: algunos pitos; pitos.
Finito de Córdoba: ovación tras aviso; dos orejas. Chiquilín: silencio; algunos pitos.
Plaza de Albacete. 12 de septiembre.
Quinta de feria. Dos tercios de entrada
Los dos coletudos que apodera la empresa Martínez Uranga de Albacete, Rafael Camino y Chiquilín, cuyos únicos méritos para hacer el paseíllo son los de ser dirigidos por estos mentores-empresarios, trajeron al abono la primera sospecha de manipulación fraudulenta pitonil. Ni Camino ni Chiquilín aprovecharon tanta comodidad, y pasaron con más pena que gloria.
Para fortuna de los resignados asistentes, Finito de Córdoba, convidado de piedra del cartel, prendió la luminaria del arte y hundió más en la miseria a sus compañeros. Porque el de Córdoba venció el celo embestidor del quinto toro con las armas clásicas, quietud, temple y ligazón. Una faena de tanta pureza y empaque merecía el colofón que le dio: estocada hasta las péndolas. En el de Tassara, Finito ya adelantó algo de la lluvia de arte que vendría después.