Un avión italiano con ayuda humanitaria se estrella a pocos kilómetros de Sarajevo

Un avión militar italiano puesto a disposición de la ONU para el transporte de ayuda humanitaria a la república de Bosnia-Herzegovina se estrelló ayer por causas desconocidas a 34 kilómetros al sureste de Sarajevo, su destino, tras haber despejado de la ciudad croata de Split. Los equipos de rescate llegados al lugar del sinistro confirmaron la muerte de los cuatro tripulantes. Hasta el momento no hay ninguna prueba de que el avión hubiera sido atacado. Todos los vuelos humanitarios han sido cancelados hasta que se esclarezca lo ocurrido

El aparato, un G-222, que transportaba cinco tone...

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Un avión militar italiano puesto a disposición de la ONU para el transporte de ayuda humanitaria a la república de Bosnia-Herzegovina se estrelló ayer por causas desconocidas a 34 kilómetros al sureste de Sarajevo, su destino, tras haber despejado de la ciudad croata de Split. Los equipos de rescate llegados al lugar del sinistro confirmaron la muerte de los cuatro tripulantes. Hasta el momento no hay ninguna prueba de que el avión hubiera sido atacado. Todos los vuelos humanitarios han sido cancelados hasta que se esclarezca lo ocurrido

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El aparato, un G-222, que transportaba cinco toneladas de mantas, había despegado a mediodía de Split, y después de media hora de vuelo perdió contacto con la torre de control del aeropuerto Sarajevo. Sus restos fueron encontrados por un helicóptero estadounidense en la localidad de Jesenic.Un portavoz de Naciones Unidas en Nueva York aseguró que no se registraba actividad militar alguna en esa zona a la hora en que el avión se estrelló. Sin embargo, el líder de los serbios de Bosnia, Radovan Karadzic, se apresuró a culpar a las fuerzas musulmanas de haber abatido él aparato, según informó la agencia serbia Tanjug. Karadzic declaró que un corresponsal de la radio musulmana de la localidad de Zenica había comentado en Radio Sarajevo el derribo "de un avión enemigo" por la artillería antiaérea musulmana. Las Naciones Unida se mantienen cautelosas, y de momento han suspendido los vuelos de ayuda humanitaria hasta que se aclaren las causas del siniestro.

El accidente coincidió con la estancia en Sarajevo del supervisor especial de las operaciones de paz de las Naciones Unidas, el británico Marrack Goulding, quien consiguió que las armas casi callaran ayer en la capital de Bosnia-Herzegovina.

La ciudad lleva tres días bajo una relativa calma, con bombardeos y_combates esporádicos en los alrededores y algunos disparos de francotiradores. Los habitantes de Sarajevo, reconfortados tras una nueva noche de aparente tranquilidad, volvieron ayer a salir masivamente a la calle para aprovisionarse de agua en las fuentes públicas o tratar de obtener alimentos. La falta de electricidad en casi todo el perímetro urbano y la ausencia de agua corriente amenazan con provocar serias epidemias.

En las próximas horas o días se podrá comprobar si el relativo silencio de las armas que ahora se respira en Sarajevo se convierte en una tregua, aunque la sensación predominante en la capital bosnia es de escepticismo. Según el enviado especial de las Naciones Unidas, el líder serbio Radovan Karadzic "se ha comprometido a concentrar todas las armas pesadas en 11 lugares alrededor de Sarajevo bajo supervisión de la ONU".

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Labores de observación

La misión de Naciones Unidas, precisó Goulding, se limita a "observar y anotar", sin capacidad coercitiva alguna. "Lo contrario significaría sobrepasar el cometido asignado a Unprofor (Fuerzas de Protección de las Naciones Unidas desplegada en la antigua Yugoslavia)", dijo. Los serbios siguen teniendo, por tanto, el control operativo absoluto sobre la artillería que ha estado bombardeando la capital de Bosnia-Herzegovina desde hace cinco meses.

Fuentes del Ejército bosnio aseguraron que la decisión de Karadzic responde a un intento de reorganizar sus fuerzas alrededor de Sarajevo. Desde hace varios días, en los cuarteles de la ciudad se habla insistentemente de una inmediata ofensiva bosnia para cortar el frente serbio en llidza, al oeste de la ciudad, y encontrar así una vía de aprovisionamiento con el territorio controlada por croatas de Bosnia.

Un convoy con ayuda humanitaria supervisado por la Alta Comisaría de las Naciones para los Refugiados llegó ayer a Gorazde por primera vez desde que las fuerzas militares serbias levantaron el asedio de cinco meses contra esta ciudad bosnia de mayoría musulmana. El convoy, formado por diez camiones con 100 toneladas de alimentos y medicinas y cinco vehículos blindados de los cascos azules, llegó a la ciudad después de dos intentos fracasados fracasados desde el lunes.

Por otra parte, el Gobierno turco ha ofrecido el envío de 1.000 soldados a Bosnia siguiendo la decisión de la OTAN de poner a 6.000 hombres a disposición de la ONU para proteger los convoyes de ayuda humanitaria. Además, la Comunidad Europea aprobó ayer dos nuevas medidas para reforzar el embargo comercial ya vigente contra Serbia y Montenegro. La primera busca. controlar el envío de productos a. las otras repúblicas de la antigua Yugoslavia no afectadas por el embargo, con el objetivo de evitar que acaben en manos de Belgrado. La segunda restringe el transporte internacional por Serbia y Montenegro.

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