Más de 780 millones de personas padecen malnutrición, según la FAO y la OMS

Más de 780 millones de personas padecen de malnutrición en los países en vías de desarrollo, mientras que más de 2.000 millones sufren carencias vitamínicas y de sales minerales esenciales, según un informe conjunto de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). Ambas organizaciones coinciden en que el hambre y la malnutrición son los problemas más devastadores de la especie humana y ofrecen el dato de que, en un mundo con suficientes recursos para alimentar a sus habitantes, cada día mueren de hambre más de 40....

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Más de 780 millones de personas padecen de malnutrición en los países en vías de desarrollo, mientras que más de 2.000 millones sufren carencias vitamínicas y de sales minerales esenciales, según un informe conjunto de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). Ambas organizaciones coinciden en que el hambre y la malnutrición son los problemas más devastadores de la especie humana y ofrecen el dato de que, en un mundo con suficientes recursos para alimentar a sus habitantes, cada día mueren de hambre más de 40.000 niños menores de cinco años y 200 millones padecen malnutrición proteínico-energética.

Éstas son algunas de las constataciones más trágicas de las presentadas por el estudio conjunto de la FAO y de la OMS en la reunión preparatoria que se mantiene en Ginebra sobre la nutrición y el desarrollo y que pretende lanzar la ofensiva más ambiciosa realizada contra los problemas del hambre y la malnutrición en el mundo. La conferencia ministerial prevista en Roma del 5 al 11 de diciembre establecerá las bases de una, mejor distribución de recursos y de una declaración mundial acompañada de un plan de acción global.A pesar de ser uno de los mayores desafíos que afronta la humanidad, la irradiación del hambre en el mundo es materialmente realizable, para lo que será necesario una acción global y concertada desde los organismos internacionales hasta las comunidades locales. Esta reunión preparatoria, en la que participan representantes de 170 países, inicia esta coordinación, que deberá ser corroborada en la reunión de diciembre en Roma.

El plan de acción estudia las estrategias nutricionales a nivel nacional y regional, la incorporación de los objetivos nutricionales a las políticas de desa-rróllo, la distribución de la producción, la mejora de la seguridad alimentaria y la protección de los consumidores mediante una mayor inocuidad de los alimentos.

Falta de calorías

En los países en desarrollo, a pesar de que desde los años ochenta el número de personas ha disminuido desde los 941 millones existentes entre 19691971, para situarse actualmente en cerca de 800 millones, el hambre sigue siendo uno de los mayores problemas con los que se enfrentan tales países. El estudio indica que a finales de los ochenta cerca del 60% de la población mundial vivía en naciones que disponían para su alimentación de menos de 2.600 calorías diarias, mientras que 11 países, en su mayoría del África subsahariana, con una población de 123 millones de personas, no llegaban a disponer de 2.000 calorías diarias por persona. El informe de la FAO revela que en el periodo 1988-1990 había en el mundo suficientes recursos alimenticios para satisfacer las necesidades de la totalidad de la población.

Entre los factores de riesgo figuran las carencias vitamínicas y oligoelementos minerales, que afectan a más de 2.000 millones de personas y que originan enfermedades graves e incapacitantes, como la ceguera o el retraso mental. Entre las carencias micronutrientes más predominantes figura la del hierro (más de 2.000 millones de afectados), el yodo (más de 1.000 millones amenazados) y de la vitamina A (40 millones de afectados). En los países en desarrollo donde se constata la malnutrición, alrededor del 50% de la población sufren de estas carencias.

Subalimentación

La paradoja de la abundancia se pone de manifiesto ante los excesos de producción no distribuidos para contener los precios en los mercados internacionales, en especial en los países occidentales, mientras uno de cada cinco habitantes de] planeta está subalimentado y que 192 millones de niños menores de cinco años son víctimas de la malnutrición, de los que 40.000 mueren diariamente. Al mismo tiempo, los cambios alimenticios y de modo de vida en los países desarrollado5 han conllevado la aparición de enfermedades relacionadas con los excesos alimentcios, como la obesidad y las enfermedades cardiovasculares.

En cuanto a las medidas; avanzadas por el plan de acción para hacer frente a la medicina endémica que padecen 50 países en desarrollo, la FAO y la OMS establece una estrategia mundial, en coordinación con los organismos especializados. Igualmente está en estudio un código alimentario.

El envío de excedentes no corresponde a las necesidades

J. A.O. El informe conjunto de la FAO y la OMS revela que la asistencia que prestan los países occidentales depende en su mayoría de los excedentes propios y de las fluctuaciones de los precios del mercado de los alimentos de base y no tiene apenas en cuenta las necesidades de los países destinatarios.

La asistencia alimentaría a África representa actualmente 1.000 millones de dólares (93.000 millones de pesetas) anuales, según los datos facilitados por la Banca mundial y el programa alimentario mundial. La Banca mundial confirma que de proseguir la tendencia actual y las dificultades de los países africanos a mantener un ritmo de importaciones alimentarias a raíz de los problemas de la balanza comercial, es de prever que el número de malnutridos o subalimentados graves pase de los 150 millones existentes entre 1983 y 1985, a más de 200 millones en los próximos años, evaluación que no tiene en cuenta las situaciones de urgencia, refugiados y personas desplazadas por los conflictos. La Banca y el programa alimenticio mundial proponen reforzar la ayuda de urgencia.

Pobreza en América Latina

En cuanto a la situación en América Latina el número de personas bajo la línea de pobreza pasó de 130 millones en 1970 a casi 144 millones en 1980 y a 183 millones en 1989, según los estudios de la FAO y la OMS. La incidencia en la población infantil menor de cinco años se cifraba en cinco millones a finales de los años ochenta.

Por otra parte, la incidencia de la anemia nutricional y la falta de hierro es uno de los mayores problemas en la región latinoamericana y Caribe, donde se estima que 60 millones de personas están afectadas. La anemia materna, que conlleva el retraso del desarrollo intrauterino y un aumento de la mortalidad perinatal, mientras que la carencia de hierro en los niños origina una pérdida cognoscitica y una disminución inmunológica.

Otra de las carencias más persistentes, la del yodo, que produce trastornos como el bocio endémico, retraso mental, letargia y aumento de abortos espontáneos, afecta de forma endémica a cerca de 300.000 personas, mientras que son 30 millones los afectados de forma más leve.

Las condiciones de vida y del medio ambiente son en América Latina unos de los factores de riesgo mayores, que afectan particularmente a la salubridad y a la nutrición y que originan el 80% de las enfermedades alimenticias. Este es el origen de la epidemia de cólera que según la última estadística de la OMS afecta a 391.220 personas, principalmente en Perú y Ecuador, con el riesgo de que se mantenga como enfermedad endémica en esta región.

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