'Rosa Rosae' no es una clase de latín

El director de cine Fernando Colomo finaliza el rodaje de su 'última comedia

Rosa Rosae no es una clase de latín. Es una historia de dos mujeres adultas que atraviesan un periodo complicado en sus vidas, casi vacías, hasta que se reencuentran después de varios años. Ana Belén es Rosa, una novelista muy pesimista. María Barranco es Rosae, cartera por las mañanas, echadora de cartas en el Retiro por las tardes y muy optimista. Ambas juegan, una a escribir novelas, otra a hacer novelas de lo que le pasa. Al final, el juego se complica e intercambian sus vidas. La excusa: el esoterismo. El padre de esta comedia, que ni siquiera pretendía ser una comedia, es Fernando Colomo...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Rosa Rosae no es una clase de latín. Es una historia de dos mujeres adultas que atraviesan un periodo complicado en sus vidas, casi vacías, hasta que se reencuentran después de varios años. Ana Belén es Rosa, una novelista muy pesimista. María Barranco es Rosae, cartera por las mañanas, echadora de cartas en el Retiro por las tardes y muy optimista. Ambas juegan, una a escribir novelas, otra a hacer novelas de lo que le pasa. Al final, el juego se complica e intercambian sus vidas. La excusa: el esoterismo. El padre de esta comedia, que ni siquiera pretendía ser una comedia, es Fernando Colomo, de 46 años, que asegura que con este filme finalizan sus guiones de mujeres.

Detrás de los nuevos edificios de la Estación Sur de Madrid, todavía esqueléticos, están las antiguas naves de Hidroeléctrica con paredes de ladrillos ennegrecidos por el paso del tiempo y por los trenes que entran y salen de la estación de Atocha. Un destartalado rincón, en el antiguo Cerro de la Plata de Madrid, donde acaba de finalizar el rodaje de Rosa Rosae, una comedia sobre mujeres de Fernando Colomo, con Ana Belén, María Barranco y Juanjo Puigcorbé.Dos personas controlan el paso de los trenes por las vías de Atocha desde lo alto del Cerro de la Plata: "¡Ya viene uno!" "¿Preparado el coche?" "Acción". Pasan unos segundos, y mientras pasa un tren, se rueda la escena de un coche que llega a un almacén destartalado. "¡No ha valido!". Y vuelta a empezar hasta que se consigue la escena perfecta.

Para Colomo, las cinco semanas de rodaje han sido un flash. "Después de hacer 26 capítulos de la serie de televisión Chicas de hoy en día, rodar una película ha sido como hacer un corto", explica. Tres semanas antes de comenzar el rodaje grabó los ensayos con los actores en vídeo. Antes de comenzar la película, Colomo tenía un borrador de casi el 50% del total de Rosa Rosae. "Es una técnica que me da gran rapidez, porque puedo corregir los errores antes de rodar en serio", dice el director madrileño.

Después de finalizar la serie Chicas de hoy en día, de nuevo dos mujeres son las protagonistas. "Pero en la serie son modernas y un poco despreocupadas. Rosa Rosae cuenta la historia de dos amigas de la infancia que se vuelven a encontrar en un momento crucial para sus vidas", dice Colomo. Ana Belén es Rosa, y María Barranco es Rosae. No se veían desde el colegio, cuando Rosae le regaló un diario a su amiga con el que ésta escribió una novela titulada Rosa Rosae, que tuvo un gran éxito. Después de cinco años sin escribir nada, Rosa se encuentra agobiada por tener que escribir un nuevo éxito, por su vida y sobre todo por el remordimiento de haber publicado la novela del diario de su amiga. Y es en este momento cuando se encuentra con Rosae, ex hippy, en cuya vida ve de nuevo material para su próxima novela.

El guión fue "un parto muy difícil, ya que Colomo tuvo que escribir varios borradores de la idea original -que inició junto al escritor Juan José Millás y que éste abandonó al segundo intento- hasta conseguir el producto final: Rosa Rosae.

María Barranco y Ana BeIén tuvieron que asistir junto al director y parte del equipo de producción a un curso de esoterismo como preparación previa al rodaje. "Fuimos a un cursillo de armonía con la mente porque quería ver a una Rosae, pero no la encontré", dice María Barranco. "Cuando llegamos nos preguntaban si habíamos estado en otros cursillos anteriormente, porque nuestras caras les eran familiares. Al final les dijimos quiénes éramos y por qué estábamos allí", comenta la actriz. El calor -que a veces llegó hasta los límites de la lipotimia, según Ana Belén- ha sido el principal problema del rodaje, que se ha desarrollado en tres localizaciones de Madrid. Un piso en la plaza del Conde de Barajas, el parque del Retiro y las naves en el Cerro de la Plata, último lugar este donde los actores han tenido que soportar desde polvo hasta ratas, cuenta Ana Belén.

El bochorno de una tarde de verano madrileña no frenó finalmente la última escena rodada en exteriores. El filme cuenta con un presupuesto superior a los 160 millones de pesetas, con una subvención de 45 del Ministerio de Cultura.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Archivado En