El pillaje deja Rusia sin iconos

El 90% de los 30 millones de estas obras de arte han desaparecido en la última década

El saqueo del patrimonio artístico de la ex Unión Soviética ha sido tan espectacular que expertos, citados por el semanario Novedades de Moscú, consideran que ha desaparecido el 90% de los 30 millones de iconos que había en Rusia en 1980. Más de quinientas obras de arte de incalculable valor -y a la vez, de contrabando frustrado- están siendo expuestas en la galería Tretiakov de Moscú. La exposición, denominada EY Patrimonio Recuperado, muestra fundamentalmente iconos, pero también hay cuadros, grabados, joyas, armas, monedas y libros confiscados por el KGB a los contrabandistas durante los úl...

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El saqueo del patrimonio artístico de la ex Unión Soviética ha sido tan espectacular que expertos, citados por el semanario Novedades de Moscú, consideran que ha desaparecido el 90% de los 30 millones de iconos que había en Rusia en 1980. Más de quinientas obras de arte de incalculable valor -y a la vez, de contrabando frustrado- están siendo expuestas en la galería Tretiakov de Moscú. La exposición, denominada EY Patrimonio Recuperado, muestra fundamentalmente iconos, pero también hay cuadros, grabados, joyas, armas, monedas y libros confiscados por el KGB a los contrabandistas durante los últimos 15 años y que han sido donados a los museos más importantes de Rusia.

Según los datos de la Interpol, el contrabando de objetos de arte es el que más beneficios ilegales aporta en el mundo después del tráfico de drogas y armas. En cinco años, el número de robos registrados en Rusia de los que tiene constancia la policía se ha multiplicado por 20 hasta sobrepasar en 1991 los 2.500, según datos facilitados por la seguridad del Estado, que son refutados por los expertos. El semanario Kommersant asegura en su último número que sólo en una provincia rusa, Yaroslavl, hubo el año pasado 1.300 robos en iglesias, las principales víctimas del saqueo.Las estadísticas oficiales de los robos y el contrabando de arte registran un aumento de 17 veces en el último año y un total de 13 millones de dólares de perjuicio, pero pecan de ser muy incompletas y se basan en precios anticuados. Por ejemplo, un Retrato de Marc Chagall que robaron en los locales del Teatro Dramático de Bakú (Azerbalyán) fue valorado por el inventario en tres rublos (2,30 pesetas al cambio actual) y lo vendieron en Occidente por un valor seis millones de veces superior: 150.000 dólares (15 millones de pesetas).

40 grupos internacionales

Según Novedades de Moscú, el contrabando de objetos de arte provenientes de Rusia es controlado por unos 40 grupos internacionales que poseen en Europa una amplia red de comercios, así como talleres de restauración y de fabricación de obras falsas. Estas últimas son a veces utilizadas para reemplazar los originales que salen del país para participar en exposiciones. Algunos expertos, según ese mismo semanario, están seguros de que en el Museo Puslikin o en la misma galería Tretiakov se exhiben algunas copias falsificadas en lugar de originales.La frontera actual de la CEI ofrece ilimitadas posibilidades para el contrabando de obras de arte, fundamentalmente a través de los puestos de control ubicados en las carreteras que van a Occidente. Se recurre a correos especializados y, a veces, a los servicios de alguna que otra valija diplomática de países del Tercer Mundo.

La imperfecta legislación actual, la ilegalidad imperante y la falta de mecanismos para recuperar los valores sustraídos facilitan aún más la labor de los contrabandistas. Incluso se autoriza a los museos a vender algunas "existencias excesivas y no valiosas" para poder subsistir, lo cual crea una buena premisa para los abusos.

Los expertos no han podido calcular ni siquiera el valor aproximado de las obras exhibidas en la muestra El Patrimonio Recuperado. Las dos enormes salas en que se exhiben los iconos, las piezas del arte ruso más cotizadas en los mercados internacionales, no sólo dan idea de la magnitud del pillaje, sino que reúnen una de las mejores muestras de este género jamás expuestas.

Además de exhibir las diferentes técnicas de la pintura sobre madera, muestra todo el lujo imaginable de marcos dorados y de plata adornados con filigranas, esmaltes, cincelados, grabados y fantasías hechas con perlas y abalorios, que también constituyen el adorno predilecto de los marcos para los libros religiosos de antigua impresión.

La exposición abarca un periodo comprendido entre el siglo XVI y comienzos del XX. Los iconos más antiguos pertenecen a la escuela del Norte y tratan temas tradicionales de la Madre de Dios, el Salvador y la Trinidad, popularizada por el gran Andréi Rubliov. Los iconos del siglo XVIII -época que se caracterizó por las reformas de Pedro el Grande y la mayor apertura hacia Europa occidental- aportan nuevas formas estéticas y la policromía a una temática más variada que narra la vida de los santos y episodios del Evangelio. El siglo XIX nos descubre a maestros del arte pictórico religioso en Moscú y San Petersburgo, así como en Palej y Mstiora. Hay iconos del siglo XVIII y XIX hechos en esmalte, otros están tallados en madera con detalles de plata y algunos presentan bajorrelieves en cobre macizo. Se exhiben colecciones enteras de iconos cuyas filas embellecían los iconostasios de las iglesias. Para facilitar el traslado, los grupos criminales cortaban muchas tablas artísticas en fragmentos, lo cual ha significado luego un serio reto para los restauradores.

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