Malestar en la Agencia Europea del Espacio por la cooperación entre Estados Unidos y Rusia

El acuerdo firmado por Estados Unidos y Rusia en materia espacial hace dos semanas ha causado malestar en la Agencia Europea del Espacio (ESA), que teme que los norteamericanos acaparen toda la tecnología de su antiguo rival en la carrera espacial, con sus correspondientes consecuencias en el mercado. La preocupación es grande entre el equipo directivo de la Agencia Europea, que lleva seis meses buscando aumentar la cooperación con Rusia con el fin, muy distinto, de ahorrar dinero.

La colaboración con Rusia en el campo espacial debe ser considerada una inversión para el futuro y no una ...

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El acuerdo firmado por Estados Unidos y Rusia en materia espacial hace dos semanas ha causado malestar en la Agencia Europea del Espacio (ESA), que teme que los norteamericanos acaparen toda la tecnología de su antiguo rival en la carrera espacial, con sus correspondientes consecuencias en el mercado. La preocupación es grande entre el equipo directivo de la Agencia Europea, que lleva seis meses buscando aumentar la cooperación con Rusia con el fin, muy distinto, de ahorrar dinero.

La colaboración con Rusia en el campo espacial debe ser considerada una inversión para el futuro y no una forma de reducir costes. Es la opinión de un miembro veterano del equipo directivo de la ESA, Roger Bonnet, director del programa científico, quien señala que Europa no se puede descuidar en este campo. Bonnet inauguró el lunes en Chia, en la isla de Cerdeña, el primer congreso internacional convocado para presentar los resultados científicos del telescopio espacial Hubble a los casi dos años de su lanzamiento.Bonnet cree que el acuerdo de cooperación entre Estados Unidos y Rusia es totalmente político, porque la situación en la ex URSS es tal que no permite hacer planteamientos comerciales ortodoxos. "No lo ha hecho la NASA, lo ha hecho Bush", señaló a este periódico. Mientras tanto, la ESA, acuciada por los Gobiernos de algunos de sus países miembros, busca medios de abaratar costes mediante la colaboración internacional con Rusia y con Japón. "Seguramente estamos gastando nosotros más dinero en Rusia que los norteamericanos, pero en Europa es mucho más difícil tomar decisiones de este tipo", agregó Bonnet.

La próxima reunión de ministros de la ESA, que tendrá lugar en Granada en noviembre, estudiará los planes de cooperación internacional y decidirá si hay dinero para que continúen los grandes programas tripulados, que fueron aparcados durante un año, en noviembre pasado en Múnich. Entonces Alemania impuso recortes presupuestarlos que fueron aceptados por los demás países miembros y que ponen en peligro el transbordador europeo Hermes y los elementos para la estación espacial permanente Y' por tanto, el envío de astronautas europeos al espacio.

Con este panorama, el acuerdo ruso-estadounidense ha sido un golpe más. Aunque limitado por ahora a la adquisición de la tecnología de la nave Soyu TM, el vehículo tripulado con más kilómetros espaciales, y del mecanismo de acoplamiento con la estación MIR, la de más larga estancia en órbita, los responsables de la ESA ven en el horizonte el peligro de que EE UU se quede con toda la tecnología espacial soviética. Además, esta tecnología se va a utilizar en la estación espacial Freedom, en la que participan Europa, Japón y Canadá, que no han sido consultados.

Resultados del 'Hubble'

Especialmente inaceptable es el proyecto de lanzar satélites norteamericanos a bordo de cohetes Froton rusos, conocidos como, "el caballo de carga del espacio" por su potencia y fiabilidad. Este proyecto ha hecho sonar todas las alarmas en el organismo que hizo del cohete Arianne el programa espacial europeo de mayor éxito comercial. Aunque en el acuerdo se habla de que los precios de los lanzamientos rusos no constituirán una competencia desleal, el Arianne es claramente el cohete que más tiene que perder si entran en el mercado los lanzadores rusos.

A pesar de su miopía, el telescopio espacial Hubble ha conseguido suficientes logros científicos en los dos años escasos de su estancia en órbita como para convocar a más de 150 astrofísicos de Europa y Estados Unidos en Cerdeña esta semana. Tras una primera etapa de desilusión por el defecto de fabricación detectado en el espejo principal del telescopio, al concentrarse su actividad en objetivos asequibles se han logrado avances científicos importantes. "Los resultados son sólo un aperitivo de lo que esperamos lograr cuando se repare el telescopio", ha explicado Piero Benvenutti, responsable del programa en la ESA, que contribuye con un 15% a este proyecto de la NASA.

Los últimos resultados presentados en Cerdeña se refieren a una mayor aproximación a la constante del Hubble, que mide la velocidad de expansión del universo a través de la medida de distancia a una galaxia cercana; la observación de una aurora boreal en Júpiter y de galaxias muy lejanas en fase de formación todavía. Todas son observaciones imposibles de realizar desde la Tierra, por ser en ultravioleta o necesitar una gran resolución que la atmósfera terrestre impide obtener.

La reparación está prevista para febrero de 1994. Astronautas en un transbordador intentarán cambiar varios elementos del telecospio por otros nuevos e instalar unas gafas individuales a cada uno de los instrumentos restantes.

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