FERIA DE SAN ISIDRO

Polémica entre Caballero y Rincón por un quite

El quite que Manuel Caballero realizó en el segundo toro de César Rincón, tras el que realizó el colombiano, sirvió para que ambos se enzarzaran en una polémica al término del festejo. Rincón admitía que ya en la plaza no le gustó que a un toro con tan escasas fuerzas le torease con el capote Caballero, mientras que el albacetense defendía su postura, aún pidiéndole excusas.El colombiano, ya en el hotel, insistía en sus argumentos: "Ese animal tenía muy poco gas y mi aspiración era que lo conservase íntegro para la muleta, lo que no sucedió por culpa de Caballero en un detalle feo, aunque esta...

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El quite que Manuel Caballero realizó en el segundo toro de César Rincón, tras el que realizó el colombiano, sirvió para que ambos se enzarzaran en una polémica al término del festejo. Rincón admitía que ya en la plaza no le gustó que a un toro con tan escasas fuerzas le torease con el capote Caballero, mientras que el albacetense defendía su postura, aún pidiéndole excusas.El colombiano, ya en el hotel, insistía en sus argumentos: "Ese animal tenía muy poco gas y mi aspiración era que lo conservase íntegro para la muleta, lo que no sucedió por culpa de Caballero en un detalle feo, aunque estaba en su derecho".

A Caballero le sorprendieron en principio estas palabras, a las que, también en el hotel, respondía: "Pues que sepa que yo soy un torero joven y con ganas, por lo que al ver que el toro era bueno y se prestaba, salí a lucirme, como es mi obligación y como creo que hubiera hecho él en caso contrario. Le pido excusas si le perjudiqué, algo discutible, pero aquí nadie por ser más o menos consagrado goza del derecho de la exclusividad en quites". Redondeaba señalatido que si se presentase otra oportunidad volvería a actuar de la misma forma.

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Al margen del polémico quite, Rincón estaba satisfecho con su tarde, sobre todo por su faena al quinto: "Le di todos los terrenos y todas las distancias, pero se vino abajo y no pudo ser más que un apunte de lo que pretendía al inicio de la misma". El colombiano se sentía triunfador moral de la feria, por lo que no quiso dar la vuelta al ruedo tras la muerte de ese toro "para no abusar de la amabilidad del público conmigo", explicaba.

Añadía que con el capote, antes de la intervención de Caballero, improvisó un quite poco habitual porque se adaptaba a las condiciones del toro, e insistía. "Lástima que después éste perdiera las fuerzas, y lástima de mis malditos fallos con la espada".

Toro templado

Caballero, que al margen de la polémica, comentaba que su quite lo intentó por chicuelinas, pero que como observó al toro muy templado lo hizo por verónicas, quería destacar su entrega en el sexto: "Me la jugué porque, aún sabiendo que era difícil, sobre todo por el pitón izquierdo, y manso, aspiraba a acabar mi feria dignamente".Subrayaba después que, en su opinión, lo había conseguido: "He toreado muy pocas corridas de toros y pese a ello me voy de Madrid sin un triunfo grande, pero sí superando la papeleta de esta plaza que tanto te presiona". Sin perder su habitual sentido del humor, concluía: "Claro, que eso opino yo, igual la crítica disiente y me pone a parir".

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