Cantaoras de Jerez

Comienzo de ciclo en la programación flamenca de Madrid'92. Alborear ofrecerá una panorámica del cante joven actual. Y ha empezado con Jerez. Juana Soto es uno de los ultimísimos retoños de la larga familia de los Sordera. Da la impresión de no tener mucha experiencia profesional. Se le nota en la forma de estar ante el público, un cierto desasosiego, un deficiente acoplamiento a la guitarra, aunque Parrilla hizo todo lo posible por conducirla y arroparla. Se le nota también en la forma de cantar, desigual, destemplada a veces, poco dúctil a matices y armonías. Tiene el e...

Comienzo de ciclo en la programación flamenca de Madrid'92. Alborear ofrecerá una panorámica del cante joven actual. Y ha empezado con Jerez. Juana Soto es uno de los ultimísimos retoños de la larga familia de los Sordera. Da la impresión de no tener mucha experiencia profesional. Se le nota en la forma de estar ante el público, un cierto desasosiego, un deficiente acoplamiento a la guitarra, aunque Parrilla hizo todo lo posible por conducirla y arroparla. Se le nota también en la forma de cantar, desigual, destemplada a veces, poco dúctil a matices y armonías. Tiene el eco de su tierra y de su familia, eso sí, y una gran voz, pero poco más.

Otra cosa es Tomasa, La macanita. Se ha refinado, en su cante y en su forma de estar, ha adquirido soltura, incluso ha ganado belleza, y se ha convertido en una cantaora cuajada, con repertorio más amplio y transmitiendo emoción y jondura. Tiene la suerte, además, de contar con una voz extraña, cálida y sin brilla, flamenquísima. Y Pepe Montollita, que la acompañaba, lo hizo muy bien.