El ministro alemán de Exteriores presiona para que los Doce retiren a sus embajadores de Belgrado

F. M. El ministro alemán de Exteriores, Hans-Dietrich Genscher, presionó ayer a sus homólogos comunitarios para que los Doce retiren a sus embajadores de Belgrado con el fin de conseguir que el Ejército yugoslavo se vaya de Bosnia-Herzegovina. La reunión de ministros de Asuntos Exteriores de la CE celebrada ayer en la ciudad portuguesa de Guimaraes, se inició con las noticias del recrudecimiento de las acciones armadas que complican la solución del conflicto. La Comunidad se ve incapaz de hacer prosperar su propuesta de reparto territorial entre las comunidades musulmana, serbia y croata, que ...

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F. M. El ministro alemán de Exteriores, Hans-Dietrich Genscher, presionó ayer a sus homólogos comunitarios para que los Doce retiren a sus embajadores de Belgrado con el fin de conseguir que el Ejército yugoslavo se vaya de Bosnia-Herzegovina. La reunión de ministros de Asuntos Exteriores de la CE celebrada ayer en la ciudad portuguesa de Guimaraes, se inició con las noticias del recrudecimiento de las acciones armadas que complican la solución del conflicto. La Comunidad se ve incapaz de hacer prosperar su propuesta de reparto territorial entre las comunidades musulmana, serbia y croata, que conviven en el territorio de Bosnia-Herzegovina, reconocido independiente por los. Doce el pasado día 6. La postura de fuerza alemana encontró contestación en la moderación francesa, partidaria, como Grecia, de reconocer a la nueva Yugoslavia, reducida a la federación de Serbia y Montenegro.

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Los socios comunitarios decidieron aplazar su decisión sobre este nuevo Estado y los problemas que se plantean sobre el reparto del estatus internacional de la antigua Yugoslavia. El nombre es una de las dificultades, según el ministro español Francisco Fernández Ordóñez.

Genscher quiere lograr, antes de su despedida como ministro el próximo día 17, un nuevo paso adelante en la política de presión a Serbia, incluida la adopción de sanciones.

Pero las posturas siguen divididas como contrapunto al desarrollo de la futura política exterior común.

Otra prueba añadida de las diferencias comunitarias es la negativa de Grecia a reconocer a Macedonia si no cambia de nombre. El primer ministro griego, Constantinos Mitsotakis, quiere ahora ganar tiempo. No se opone a que los demás países de la CE, individualmente, puedan reconocer la nueva república, pero rechaza una decisión común.

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