Crítica:

Casi un melodrama

El melodrama con mujeres destinado al público femenino es uno de los grandes inventos del cine norteamericano de sus años dorados. Baste como muestra cualquiera de los protagonizados por Bette Davis durante su larga y fructífera estancia en los estudios Warner. Con la ola de violencia y masculinidad que invade el cine de Hollywood había llegado a desaparecer por completo, pero últimamente se están haciendo algunos intentos para resucitarlo. Tomates verdes fritos, primera película como director del productor de cine y televisión Jon Avnet, es un melodrama sureño con casi todos los agrava...

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El melodrama con mujeres destinado al público femenino es uno de los grandes inventos del cine norteamericano de sus años dorados. Baste como muestra cualquiera de los protagonizados por Bette Davis durante su larga y fructífera estancia en los estudios Warner. Con la ola de violencia y masculinidad que invade el cine de Hollywood había llegado a desaparecer por completo, pero últimamente se están haciendo algunos intentos para resucitarlo. Tomates verdes fritos, primera película como director del productor de cine y televisión Jon Avnet, es un melodrama sureño con casi todos los agravantes. Hay un accidente absurdo y terrible que destroza la vida de dos mujeres muy jóvenes, un marido brutal, una violenta separación e incluso un crimen, con su consiguiente juicio e intriga.

Tomates verdes fritos (Fried green tomatoes)

Dirección: Jon Avnet. Guión: Flannie Flagg, Jon Avnet. Fotografia: Geoffrey Simpson. Intérpretes: Mary Stuart Masterson, Mary Louise Parker, Kathy Bates, Jessica Tandy. Estados Unidos. Estreno en Madrid: Amaya, Novedades, Rex, Parquesur, Ideal (versión original).

Es justo reconocer que esta historia, que se desarrolla en el sur de EE UU al comienzo de la década de los treinta, funciona bien, sus elementos han sido muy cuidados y, sobre todo, resulta excelente el trabajo de las jóvenes actrices Mary Stuart Masterson y Mary Louise Parker.

Por un grave fallo de guión, de adaptación en la novela original de Fannie Flagg, realizada por ella misma en unión del director, se destruye gran parte de la fuerza de esta historia, al estar contada a lo largo de siete vueltas hacia atrás. Los sucesivos encuentros entre una mujer con excesivo peso y una anciana dan lugar a que ésta le cuente el melodrama sureño, pero también a intercalar entre los siete fragmentos su historia en tono de comedia, excesivamente caricaturesca, que Kathy Bates y Jessica Tandy no pueden levantar.

De manera que Tomates verdes fritos es una mala mezcla de dos historias. Una tonta comedieta insignificante por duración e intensidad y un atractivo melodrama que no alcanza la suficiente intensidad narrativa al ser sistemáticamente interrumpido. Como la relación entre ambas historias es mínima, se adivina desde un principio y sólo sirve para dar un toque final, podría haberse prescindido de la parte de comedieta y conseguir un melodrama sureño con suficiente intensidad.

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