Crítica:ARTE

Las ordenaciones poéticas de Barcala

Nacido en la ciudad uruguaya de Montevideo el año 1920 y afincado desde 1974 en Madrid, donde expone con encomiable regularidad, lo que significa que conserva un aliento todavía juvenil, Washington Barcala es un constructivista sui generis, que ha hecho del collage su verdadero camino de perfección. Afirmar a este aspecto que ha llegado a dominar prodigiosamente esta técnica, que en él alcanza el grado de poesía, supone decir estrictamente lo justo, cuando Barcala realmente nos da más de lo que cabe en una definición aséptica.La actual muestra, que reúne casi una treintena de obr...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Nacido en la ciudad uruguaya de Montevideo el año 1920 y afincado desde 1974 en Madrid, donde expone con encomiable regularidad, lo que significa que conserva un aliento todavía juvenil, Washington Barcala es un constructivista sui generis, que ha hecho del collage su verdadero camino de perfección. Afirmar a este aspecto que ha llegado a dominar prodigiosamente esta técnica, que en él alcanza el grado de poesía, supone decir estrictamente lo justo, cuando Barcala realmente nos da más de lo que cabe en una definición aséptica.La actual muestra, que reúne casi una treintena de obras todas ellas realizadas en el presente año, puede ayudar a comprender mucho mejor lo que acabo de señalar. Los materiales que emplea no pueden ser más humildes, ni el modo que tiene de manipularlos puede asimismo ser más virtuoso y sutil, ni, en fin, los elementos que hace intervenir más complejos, de tal manera que Barcala levanta un mundo, en el que está tanto incluida la experiencia de toda la vanguardia y de toda una vida, casi a partir de nada. Esto supone haber alcanzado un grado de densidad poética que sólo se le supone a los míticos.

Washington Barcala

Sala Celini. Bárbara de Braganza, S. Madrid. Hasta el 30 de abril de 1992.

En este sentido, si antes genéricamente le definí como constructivista, la realidad es que ya ha desbordado por completo ésta o cualquier otra fórmula de apoyo. Es cierto, sí, que conserva algunas referencias geométricas, pero, junto a ellas, hace valer la textura, las manchas, el gesto, la caligrafía, las imágenes, el dibujo. Se integran en su obra actual de esta manera los rasgos normativos, con los surrealizantes, los informalistas, los expresionistas y hasta los pop en una síntesis prodigiosa. Si uno de los mensajes de sabiduría artística más preciados es lograr aligerar la obra de mayor peso muerto posible sin que ello signifique perder riqueza e intensidad, ciertamente tenemos mucho que aprender de Washington Barcala y de lo que él mismo llama sus ordenaciones.

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Archivado En