Crítica:CLÁSICA

La madurez de Torres-Pardo

En el año del V Centenario no todo son ocasiones para la programación de visitas de grandes orquestas de lucimiento obvio, y, así, la Fundación Caja de Madrid ha tenido la acertada idea de presentar un ciclo de cuatro recitales enlazando el piano español y americano de la mano de cuatro de los más seguros valores del actual panorama de jóvenes pianistas españoles. Para mayor coherencia, todos ellos -Sylvia Torán, Rosa Torres-Pardo, Pedro Carbonel e Ignacio Marín Bocanegra- han cursado sus estudios a caballo entre España y América.Rosa Torres-Pardo probablemente encabece el plantel de la nueva ...

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En el año del V Centenario no todo son ocasiones para la programación de visitas de grandes orquestas de lucimiento obvio, y, así, la Fundación Caja de Madrid ha tenido la acertada idea de presentar un ciclo de cuatro recitales enlazando el piano español y americano de la mano de cuatro de los más seguros valores del actual panorama de jóvenes pianistas españoles. Para mayor coherencia, todos ellos -Sylvia Torán, Rosa Torres-Pardo, Pedro Carbonel e Ignacio Marín Bocanegra- han cursado sus estudios a caballo entre España y América.Rosa Torres-Pardo probablemente encabece el plantel de la nueva generación pianística hispánica. En esta ocasión, abordaba un extenuante programa integrado por las Cuatro piezas españolas, de Falla; el segundo cuaderno de Iberia, de Albéniz; Las quejas y El amor y la muerte, de Granados, para concluir oficialmente con la Introducción, fuga y final, de Cristóbal Halffter.

Rosa Torres-Pardo

Obras de Falla, Albéniz, Granados y C. Halffter. Auditorio Nacional, 7 de febrero.

Tal repertorio sólo puede acometerse gracias a una poderosa técnica y una buena dosis de fortaleza física. De ambas cosas nos había ya dado Rosa Torres-Pardo pruebas sobradas, pero esta vez hemos podido observar algo más importante: la madurez y el equilibrio de una auténtica artista que da un paso decisivo en su carrera.

Dominio ejemplar

El temperamento algo exuberante que tan bien encajaba con obras como Petrushka o los conciertos de Prokofiev, admirables caballos de batalla, es ahora dominado de forma ejemplar para dosificarlo según las conveniencias musicales, incorporando la capacidad de introspección y recreación musical a partir de las cuales se construye un artista. A Torres-Pardo se le abren nuevos caminos.Resaltó, entre todo el recital, el lirismo de resignado dolor en el Granados y la portentosa exhibición en la stravinskiana pieza de Halffter.

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