Convertir la pintura en conversación

En 1984, Manuel Hernández Mompó obtuvo el Premio Nacional de Artes Plásticas y, en general, un amplio reconocimiento social y crítico por una obra cargada con la belleza más cordial, directa y eufórizante.Desgraciadamente, sus últimos años estuvieron asediados con graves quebrantos físicos, que le mantuvieron postrado, pero sin que ello le impidiese, en la medida de sus fuerza s, seguir creando y así mismo, de disfrutar con lo que estaban haciendo sus muchos amigos artistas.

Hace unos meses tuvo lugar una bella exposición-homenaje a su obra, con carácter retrospectivo, en el IVAM de Val...

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En 1984, Manuel Hernández Mompó obtuvo el Premio Nacional de Artes Plásticas y, en general, un amplio reconocimiento social y crítico por una obra cargada con la belleza más cordial, directa y eufórizante.Desgraciadamente, sus últimos años estuvieron asediados con graves quebrantos físicos, que le mantuvieron postrado, pero sin que ello le impidiese, en la medida de sus fuerza s, seguir creando y así mismo, de disfrutar con lo que estaban haciendo sus muchos amigos artistas.

Hace unos meses tuvo lugar una bella exposición-homenaje a su obra, con carácter retrospectivo, en el IVAM de Valencia, donde se pudo apreciar la importancia y la poesía de una obra que ha sido fiel a sí misma a través del tiempo.

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["Mompó transmitía con sus obras un espíritu de alegría y optimismo", declaró ayer Vicente Aguilera, presidente de la Asociación de Críticos de Arte, según informa la agencia Efe. Por su parte, Carmen Alborich, directora del Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM), afirmó: "Manuel Hernández Mompó ha sido muy importante dentro del arte contemporáneo español, y hay que destacar su gran valía humana. Los valencianos pudieron valorar sus trabajos tal y como era considerado fuera de España, y él volvió a reunirse con artistas de su generación". ,

El pintor Josep Guinovart le definió como "muy coherente en su trayectoria creativa", añadiendo que Mompó ha representado una posición de "mucha libertad, un campo muy poético y muy antidogmático".]

Entre los varios textos publicados en el correspondiente catálogo, José Luis López Aranguren -Pintura de primavera- afirmaba lo siguiente: "¿Qué es lo que Mompó pinta? No, ciertamente, ideas. Tampoco sentimientos, lo que lleva a rondar la pintura literaria, con la que él no tiene nada en común. Mompó pinta las sensaciones. Su pintura es visión pura... por eso se sitúa más allá o, mejor, más acá de la antítesis entre arte figurativo y no figurativo. En el lugar de origen de la obra de arte".

Importancia de Valencia

El propio Manuel Hernández Mompó incluyó allí un texto personal en el que trataba de sintetizar su poética, aludiendo a la importancia que Valencia había tenido en su obra y concluyendo con estas hermosas aclaraciones: "Pintar como hablando. Unir pensamiento con gesto. Convertir la pintura en conversación. Sobre una superficie muy blanca poner mucho diálogo. Olvidar tópicos y fórmulas Libertad de hacer. Atacar lo aburrido, lo feo, lo oscuro, lo inmóvil. Buscar la belleza, el amor, la luz, lo vivo".

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