Castro ratifica una pena de muerte y conmuta otra

El Consejo de Estado de la República de Cuba ratificó la condena a muerte contra Eduardo Díaz Betancourt, de 38 años, y conmutó, por una pena de 30 años de reclusión, la de Daniel Santovenía Fernández, de 36, en una decisión que constituye el sí definitivo a la pena de muerte contra uno de los tres miembros del comando anticastrista que se infiltró en la isla el pasado 29 de diciembre.

El Consejo de Estado, máximo órgano de poder en Cuba cuando no mantiene sesiones la Asamblea Nacional, y última instancia de apelación para los condenados a muerte, se reunió el sábado bajo la presidencia...

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El Consejo de Estado de la República de Cuba ratificó la condena a muerte contra Eduardo Díaz Betancourt, de 38 años, y conmutó, por una pena de 30 años de reclusión, la de Daniel Santovenía Fernández, de 36, en una decisión que constituye el sí definitivo a la pena de muerte contra uno de los tres miembros del comando anticastrista que se infiltró en la isla el pasado 29 de diciembre.

El Consejo de Estado, máximo órgano de poder en Cuba cuando no mantiene sesiones la Asamblea Nacional, y última instancia de apelación para los condenados a muerte, se reunió el sábado bajo la presidencia de Fidel Castro y advirtió que aquellos que osen "perturbar la paz y la tranquilidad del pueblo cubano" o intenten "interrumpir la marcha de la revolución, correrán la misma suerte que Díaz Betancourt y sus secuaces".En una declaración difundida ayer por todas las emisoras de radio, el Consejo de Estado justificó la pena de muerte de Eduardo Díaz Betancourt por "ser él, de los tres integrantes del comando terrorista, el principal responsable de los hechos juzgados".

Betancourt "ambicionaba hacerse con una posición de poder en el país" gracias al "plan terrorista" ideado por él, que "pretendía provocar el pánico y el caos social, creando así las condiciones para una invasión de EE UU", afirma el comunicado en el que se le condena a morir.

El texto añade que Betancourt abandonó ilegalmente el país hace nueve meses, acusándole de establecer contacto "con grupos contrarevolucionarios para recibir entrenamiento militar y proporcionar a estos infermacin actualizada para sus planes de infiltración".

A Santovenía, sin embargo, la pena de muerte le fue conmutada atendiendo "al ambiente enajenado en que vivió en círculos contrarrevolucionarios de Miami" desde que salió legalmente de Cuba en 1969, y por ser su "grado de responsabilidad secundario" en el "plan terrorista", asegurando que no participó en su planificación.

Al tercero de los infiltrados, que en un principio fue también condenado a muerte por el Tribunal Provincial de La Habana, el Tribunal Supremo de Cuba le conmutó dicha pena por 30, años de cárcel el pasado día 16 de enero, debido igualmente "a su responsabilidad secundaria en los hechos".

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Si bien el Consejo de Estado no fijó fechas para la ejecución del anticastrista, Betancourt podría morir fusilado en las próximas horas, pues normalmente en Cuba una vez que se han agotado todas las instancias de apelación, los condenados son ajusticiados de forma inmediata, casi siempre al día siguiente al amanecer.

Sobre las peticiones de clemencia hechas por algunos mandatarios latinoamericanos en estos días, así como por el presidente del Gobierno español, Felipe González, el órgano Superior de la Asamblea Nacional dice en su comunicado que respeta "las apelaciones hechas de buena voluntad" pero que "su obligación es ante todo, preservar la paz, la estabilidad y la tranquilidad de la vida de nuestros compatriotas".

Legitimidad

El Consejo de Estado pide comprensión a los "amigos de Cuba" que pidieron clemencia pues, afirma, "no existen razones de principio, y pese a todas las calumnias" para conmutar esta pena de muerte o dudar de la justicia y legitimidad de los tribunales cubanos en la instrucción del proceso.

En cambio, destaca cómo "en estos días voces cínicas e hipócritas" han pedido el perdón de los infiltrados, mientras que "no se han atrevido a condenar" el asesinato de tres miembros del Ministerio del Interior a manos de cubanos que pretendían huir del país.

Los miembros del Consejo de Estado, entre los que se encuentran Fidel Castro y su hermano Raúl, ministro de Defensa, acusaron a EE UU de permitir que en su territorio se entrenen anticastristas o "terroristas".

Según las autoridades cubanas, el intento de infiltración de Betancourt es el tercero de 1991, y es comparable a otros de épocas anteriores como el de la voladura del avión de Cubana Aviación en Barbados, "todos ellos planeados por grupos contrarrevolucionarios con base en Miami".

En la declaración se dice que el Gobierno cubano envió hace una semana un informe a las autoridades norteamericanas, en el que se informa quiénes son los cabecillas de los grupos terroristas en Estados Unidos. "Tendríamos que ser ciegos para no ver la espectacular incompetencia del Gobierno de Estados Unidos para poner fin a estas prácticas aberrantes" de los grupos anticastristas en su territorio.

Por último, el Consejo de Estado amenazó con ser severos hasta las últimas consecuencias con los que pretendan sembrar el desorden en Cuba y persiguen aniquilar al régimen castrista.

Debido a ello, nadie en Cuba duda hoy que al fusilamiento de Betancourt le sigan el de los principales acusados del asesinato de los tres miembros del Ministerio del Interior.

Funcionarios cubanos opinaron que al menos tres de los siete acusados por este hecho podrían ser condenados a muerte en los próximos días.

Por su parte, miembros de la disidencia pidieron nuevamente el perdón del infiltrado cubano condenado ayer a muerte, y denunciaron que el Gobierno de !a isla "está manipulando a la opinión pública contra la oposición pacífica interna", lo cual, aseguraron, "sin duda de. sencadenará una ola de detenciones y de represión contra nosotros".

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