La acústica de la Scala



González Valcárcel, que dirigíó en los años sesenta la reforma del entonces teatro de la ópera a sala de conciertos se queja de los muchos problemas habidos."Ha sido difícil convencer a tanta gente de que el teatro debía quedar vacío. Luego hay un ramal de metro, la línea Isabel II-Norte, que produce unas vibraciones imposibles, hemos hablado con los responsables de la compañía, y parece que ese ramal se cerrará, porque está obsoleto. También ha habido muchas entrevistas con el jefe de bomberos de Madrid, para asegurarnos de que la protección antiincendios era correcta".

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González Valcárcel, que dirigíó en los años sesenta la reforma del entonces teatro de la ópera a sala de conciertos se queja de los muchos problemas habidos."Ha sido difícil convencer a tanta gente de que el teatro debía quedar vacío. Luego hay un ramal de metro, la línea Isabel II-Norte, que produce unas vibraciones imposibles, hemos hablado con los responsables de la compañía, y parece que ese ramal se cerrará, porque está obsoleto. También ha habido muchas entrevistas con el jefe de bomberos de Madrid, para asegurarnos de que la protección antiincendios era correcta".

A la vista de tantos problemas, hay quien se pregunta si no habría sido mejor dejar las cosas como estaban y construir un nuevo edificio González Valcárcel opina que no. "El Real, que es como la Scala de Milán, tiene una acústica fantástica y uno de los escenarios más amplios y bellos del inundo". Construido en la segunda mitad del siglo XIX, ya sirvió de escenario a cientos de representaciones de ópera, "y así tienen que ser de nuevo", añade.

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