Los shiíes acusan al Ejército iraquí de robar uno de los tesoros del islam

Joyas y manuscritos desaparecieron en Najaf

Uno de los mayores tesoros M mundo islámico ha sido robado de¡ sepulcro del imam Alí en Najaf, que fue recuperado en marzo pasado por el Ejército iraquí de los rebeldes musulmanes shiíes. Yusuf al Joei, nieto y portavoz del gran ayatolá Sayyid Abul Qassim al Joci, asegura que "han desaparecido joyas, oro y manuscritos, todos inapreciables. Eran regalos hechos a lo largo de mil años por príncipes y reyes, principalmente de Persia y de la India".



Los tres santos sepulcros de los 200 millones de musulmanes shiíes son Kerbala y Najaf, en Irak, y Mashad, en Irán. Las dos prime...

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Uno de los mayores tesoros M mundo islámico ha sido robado de¡ sepulcro del imam Alí en Najaf, que fue recuperado en marzo pasado por el Ejército iraquí de los rebeldes musulmanes shiíes. Yusuf al Joei, nieto y portavoz del gran ayatolá Sayyid Abul Qassim al Joci, asegura que "han desaparecido joyas, oro y manuscritos, todos inapreciables. Eran regalos hechos a lo largo de mil años por príncipes y reyes, principalmente de Persia y de la India".

Los tres santos sepulcros de los 200 millones de musulmanes shiíes son Kerbala y Najaf, en Irak, y Mashad, en Irán. Las dos primeras ciudades, visitadas tradicionalmente por cientos de miles de peregrinos cada año, estaban en el corazón de los shiíes que se levantaron contra el presidente iraquí, Sadam Husein, el año pasado. Los rebeldes se apoderaron de las ciudades y aguantaron durante dos semanas los contraataques con tanques y artillería de las unidades de la Guardia Republicana iraquí.

El tesoro principal estaba en el sepulcro con cúpula de oro del imam Alí, primo y yerno del Profeta, en el centro de Najaf. El conjunto de edificios profusamente decorados consiste en la tumba del propio imam, en el centro de un patio, con otras habitaciones, oficinas y lugares para que descansen los peregrinos.

La familia que ha actuado tradicionalmente de custodia del sepulcro -abriendo cada mañana sus gigantescas puertas de plata- dice que todos los tesoros almacenados en dos grandes habitaciones han desaparecido. Creen que otros objetos de valor que se conservaban en un bóveda cerrada puede que sigan allí.

Los dirigentes de los musulmanes shiíes acusan al Ejército de saquear el sepulcro del imam Alí en Najaf poco después de recuperarla, así como los sepulcros de Al Abbas y Al Hussein, los otros dos grandes centros de peregrinación en Kerbala, 90 kilómetros al Norte.

El Gobierno iraquí ha negado que sus fuerzas estuvieran implicadas en el robo, y acusa a los rebeldes de haber robado los tesoros ellos mismos, aunque el delegado especial de las Naciones Unidas para los derechos humanos en Irak, Max van der Stoer, haya expresado serias dudas de que los shias locales hayan cometido tales actos ultrajantes de profanación en sus lugares más sagrados.

Anticuarios

Los anticuarios de Bagdad dijeron el año pasado que conocían el robo de Najaf, pero añadieron que ninguno de los objetos valiosos desaparecidos había salido a la venta en el mercado negro. El doctor Alí Allawi, un intelectual shií que vive en Londres, dice que cree que un antiguo Corán de Najaf, escrito en caracteres kufi, había llegado a las manos de un anticuario libanés, que primero lo puso a la venta pero más tarde lo retiró. Según el profesor Mohamed Makiya, especialista en historia arquitectónica iraquí, cuando la rebelión del año pasado no se había hecho ninguna lista completa de los tesoros de Najaf y de Kerbala.

Además de la pérdida del tesoro, tanto Kerbala como Najaf han quedado muy dañadas, y gran parte del clero que atestaba sus calles está en prisión o ha desaparecido.

El ayatolá Joel, de 92 años., permanece confinado en su casa de Kufa, al sur de Kerbala, pero de 62 de sus correligionarios que fueron arrestados y trasladados a Bagdad el pasado marzo el Gobierno sólo puede garantizar que cuatro permanecen con vida. El Gobierno también admite la destruccÍón de mezquitas e institutos teológicos, pero dice que fueron destruidos en choques entre "saboteadores" y el Ejército iraquí.

Los sepulcros mismos fueron dañados por el fuego de ametralladoras, granadas y bombas de mortero, aunque no parece que se utilizaran contra ellos artillería pesada o misiles tierra-tierra. No obstante, el profesor Makiya dice que el apresurado trabajo de reconstrucción del Gobierno es de muy poca calidad y que todavía se están demoliendo los antiguos barrios de Kerbala y de Najaf.

Los dirigentes de los musulmanes shiíes de Irak, que suponen más de la mitad de la población del país, dicen que la discriminación sistemática contra, ellos ha aumentado desde el aplastamiento de la rebelión de marzo del año pasado.

Dicen que, aunque los sepulcros principales de Kerbala y de Najaf se han abierto de nuevo, la gente del lugar tiene demasiado miedo para visitarlos. Además, la Fundación Al Joel, una institución caritativa y educativa con, sede en Londres, dice que 32 mezquitas, 10 escuelas religiosas y 66 husainias (centros de reprilones religiosas similares a una mezquita) han sido destruidas o saqueadas en Kerbala. El Ejército destruyó huertos y taló bosquecillos de dátiles alrededor de la ciudad para evitar emboscadas.

En Bagdad, Max van der Stoel declaró que su visita a Irak para investigar los derechos humanos no había servido para tranquilizarle sobre los informes de ejecuciones masivas y desapariciones, informa Reuter.

Preocupación

"Debo decir que, al término de mi visita a Irak, mi preocupación por estos temas no ha disminuido, quizá incluso ha aumentado", declaró Van der Stoel. Añadió que había discutido el miércoles las ejecuciones y desapariciones en una reunión muy dura de dos horas con el viceprimer ministro iraquí, Tarik Aziz.

Aziz y otros funcionarios habían prometido investigar los casos de desapariciones, muchos de los cuales había planteado él en un informe provisional en noviembre, añadió. Un grupo de las Naciones Unidas cuenta con unos 3.500 casos detallados de desapariciones en Irak, muchos de los cuales se remontan a años atrás.

Copyright The Independent / EL PAÍS

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