Raquel Fábrega vuelve a Madrid tras 7 años de ausencia

Raquel Fábrega (Madrid, 1946) ha pasado una larga temporada recluida tras sufrir una deficiencia cardíaca, durante la cual ha preparado su vuelta a la red comercial madrileña con una serie de 26 dibujos al pastel que se exhibe en la galería Alfredo Melgar hasta el próximo 20 de enero. En la muestra predominan los paisajes, como ya viene siendo habitual en la trayectoria de la artista, y retratos familiares.

Según comenta Fábrega, la exposición da cuenta de la nueva etapa por la que apuesta la pintora dentro del estilo realista que siempre ha seguido. En ella, se "ha prescindido de eleme...

Raquel Fábrega (Madrid, 1946) ha pasado una larga temporada recluida tras sufrir una deficiencia cardíaca, durante la cual ha preparado su vuelta a la red comercial madrileña con una serie de 26 dibujos al pastel que se exhibe en la galería Alfredo Melgar hasta el próximo 20 de enero. En la muestra predominan los paisajes, como ya viene siendo habitual en la trayectoria de la artista, y retratos familiares.

Según comenta Fábrega, la exposición da cuenta de la nueva etapa por la que apuesta la pintora dentro del estilo realista que siempre ha seguido. En ella, se "ha prescindido de elementos supérfluos basándose en espacios blancos y silenciosos, muy en consonancia con el mundo que evocó san Juan de la Cruz en su obra", explica. Hasta el momento, su obra se ha asociado al realismo mágico que imperó en Europa a finales de los setenta. "Es una etapa que ya he superado aunque no me arrepiento haber vivido", asegura.Fábrega ingresó en la facultad de Bellas Artes de san Fernando en 1963 donde, según comenta, recibió una formación clásica en la que predominaba la utilización del óleo. "En mi obra, he utilizado la técnica del óleo aplicada al pastel ya queéste es el pigmento más directo al carecer de aglutinantes y aceites, por lo que las transparencias que se obtienen son difíciles de conseguir con otras materias", argumenta Fábrega. Para la elaboración de los dibujos, la artista se basa en los apuntes que realiza y en fotografías que toma ya que, "uno de los mayores problemas del paisaje es que está constantemente cambiando de color".

En la exposición de Madrid, se exhiben tres muestras de lo que constituye el segundo pilar en el que se basa la obra de la artista: el retrato.