González pide a Israel que aliente la paz congelando los asentamientos en los territorios ocupados

ENVIADO ESPECIALEl presidente del Gobierno, Felipe González, pidió ayer a Israel que "tome la iniciativa de la paz" mediante gestos que creen confianza entre las partes, como la paralización de los asentamientos de población judía en los territorios ocupados de Cisjordania y Gaza. Ante sus correligionarios laboristas, por la mañana, y ante los representantes palestinos, por la tarde, González fue mucho menos cauto que la víspera ante su homólogo israelí, Isaac Shamir, al que evitó recordar la tradicional postura española y de la Comunidad Europea sobre el conflicto de Oriente Próximo.

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ENVIADO ESPECIALEl presidente del Gobierno, Felipe González, pidió ayer a Israel que "tome la iniciativa de la paz" mediante gestos que creen confianza entre las partes, como la paralización de los asentamientos de población judía en los territorios ocupados de Cisjordania y Gaza. Ante sus correligionarios laboristas, por la mañana, y ante los representantes palestinos, por la tarde, González fue mucho menos cauto que la víspera ante su homólogo israelí, Isaac Shamir, al que evitó recordar la tradicional postura española y de la Comunidad Europea sobre el conflicto de Oriente Próximo.

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González anunció también en una conferencia de prensa que el presidente de Israel, Jaim Herzog, ha sido invitado a efectuar su primera visita oficial a España, probablemente en marzo de 1992 coincidiendo con el 500 aniversario de la firma por la reina Isabel de la real cédula de expulsion de los judios. El rey Juan Carlos tiene también, en principio, la intención de viajar al Estado judío en 1992 pero su agenda, recordó el presidente, está "muy cargada" ese año en el que unos 50 jefes de Estado pasarán por Madrid."He pedido a Israel que tome la iniciativa de la paz", recalcó González en el curso de una entrevista en Tel Aviv con el presidente del partido laborista, Simon Peres, y el secretario general, Mija Harish. "En esta fase del proceso de paz un factor desencadenante sería la iniciativa israelí sobre algún elemento sustancial", añadió en una clara alusión a la congelación de la colonización de tierras árabes por los judíos. Al término de su reunión con una representación palestina, encabezada por Faisal Huseini, en el Consulado de España fue más contundente: "Los asentamientos no se corresponden con la legalidad internacional". "Los hemos rechazado siempre", añadió.

La delegación palestina, entre la que figuraba algún representante de la organización integrista Hamas, solicitó a González que intercediese ante los israelíes no sólo para detener los asentamientos sino para que se levanten los castigos colectivos impuestos por el Ejército israelí a varias localidades cisjordanas sometidas a toque de queda. Para que un palestino de Ramallah, Rawan Abu Ayash, pudiese acudir a la cita del Consulado los colaboradres del presidente del Gobierno español tuvieron que hacer ayer una gestión ante las autoridades israelíes.

Encuentro "entre amigos"

"Fue un encuentro entre amigos", afirmó satisfecho al término de la entrevista el portavoz palestino Mustafa Barguti. "Creemos", prosiguió "que el señor González va a actuar para mantener la dinámica del proceso de paz", añadió.Aunque en su último congreso, que concluyó hace dos semanas, los laboristas han reconocido, por primera vez, los "derechos nacionales" de los palestinos, no deja de ser curioso que González haya reiterado públicamente la tradicional postura española sobre Oriente Próximo ante sus correlegionarios y no ante su homólogo.

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Con el primer ministro, Isaac Shamir, reconoció el presidente español, "me esforcé por no hacer un recordatorio de nuestra posición". Justificó su silencio "porque estamos en un momento en que se ha producido un acontecimiento histórico, la Conferencia de Madrid".

Justo antes de que empezase la rueda de prensa de González, el protocolo español mandó retirar la bandera israelí que, junto a la española, había sido colocada detrás del asiento del jefe del Gobierno. Esta iniciativa fue mal acogida por los periodistas israelíes que le preguntaron al presidente si temía ser fotografiado con esa bandera al fondo. "No tengo ningún inconveniente en que se vuelva a colocar", contestó.

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