Crítica:

Sobre una materia de luz

El escultor Fernando Sinaga (Zaragoza, 1951) centra esta nueva exposición en una faceta de su trabajo hasta ahora inédita en el actual contexto madrileño.Se trata de instalaciones formadas por agrupaciones de piezas fotográficas, lo que de entrada puede engañosamente sorprender, sugiriendo una vía radicalmente distinta a la marcada por su previo trabajo escultórico.

Y sin embargo, a mi parecer, el impacto mayor que provoca esta obra en quien la contempla nace precisamentede una estricta identidad con el núcleo de inquietudes que han venido centrando su reflexión en la escultura, y nace ...

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El escultor Fernando Sinaga (Zaragoza, 1951) centra esta nueva exposición en una faceta de su trabajo hasta ahora inédita en el actual contexto madrileño.Se trata de instalaciones formadas por agrupaciones de piezas fotográficas, lo que de entrada puede engañosamente sorprender, sugiriendo una vía radicalmente distinta a la marcada por su previo trabajo escultórico.

Y sin embargo, a mi parecer, el impacto mayor que provoca esta obra en quien la contempla nace precisamentede una estricta identidad con el núcleo de inquietudes que han venido centrando su reflexión en la escultura, y nace asimismo de la muy sugerente prolongación que éstas encuentran aquí a través del vehículo que supone la fotografía.

Fernando Sinaga

Galería Oliva Arauna. Claudio Coello, 19. Madrid. Hasta,diciembre.

Se recordará tal vez una pieza presentada en su muestra personal de 1988, en la que Fernando Sinaga incorporaba a la superficie metálica una transferencia fotográfica.

En aquel caso preciso, se trataba de una imagen que lograba acentuar esa idea del doble, idea que resulta recurrente en toda la trayectoria recorrida anteriormente con coherencia por el escultor aragonés.

En estos trabajos fotográficos de ahora, en cambio, el artista zaragozano ha renunciado expresamente a la imagen.

Para ello, partiendo de una radical estrategia de reducción, consigue circunscribir el medio a lo que es esencial en su particular naturaleza expresiva.

La fotografia, no entendida como soporte de una realidad distinta, como reflejo, sino concebida como superficie de luz y, al tiempo, auténtica memoria del proceso que la ha activado.

Metal

Ya esa personal idea, la de una superficie que no se muestra sino a si misma y que, al tiempo, conforma su identidad como eco de su proceso gpriético, sigue, punto por punto, el planteamiento que Fernando Sinága ha caracterizado en sus trabajos realizados con metal.A su vez, las confrontaciones de pares, o el modo mismo de apropiación del muro como espacio específico asimilado a la obra, siguen marcando otras tan coordenadas esenciales de la escultura característica de Fernando Sinaga.

De hecho, el propio artista ha querido dejar manifiesta esa relación y enfrenta, en uno de los espacios de la galería, una pieza de metal y una instalación fotográfica.

Tal como en una visión especular, simétrica y asimétrica a un tiempo -una pieza hecha de piezas, por así expresarlo-, cada trabajo nace en este artista, podría decirse, de la equilibrada tensión entre segmentos afines, materias idénticas cuya génesis hace dispares, convierte en luces de distinta densidad.

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