El Gobierno salvadoreño confía en pactar pronto un alto el fuego con la guerrilla

El Gobierno salvadoreño se mostró ayer optimista acerca de las negociaciones que se desarrollan en México con la guerrilla para la pacificación del país y confió en que pronto se alcance un alto el fuego que permita al menos entrar ya en una dinámica irreversible de paz tras una larga guerra civil.

Las principales diferencias entre el Gobierno y el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) estriban ahora en la negativa de la guerrilla a una desmovilización y entrega de las armas previa a la firma de la paz, algo que el FLMN teme sea interpretado como un acto de sumis...

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El Gobierno salvadoreño se mostró ayer optimista acerca de las negociaciones que se desarrollan en México con la guerrilla para la pacificación del país y confió en que pronto se alcance un alto el fuego que permita al menos entrar ya en una dinámica irreversible de paz tras una larga guerra civil.

Las principales diferencias entre el Gobierno y el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) estriban ahora en la negativa de la guerrilla a una desmovilización y entrega de las armas previa a la firma de la paz, algo que el FLMN teme sea interpretado como un acto de sumisión ante su contrincante.Desde el lunes se encuentran en el hotel del Prado de la capital mexicana prácticamente todos los jefes militares de zona del FMLN, convocados por los representantes de la guerrilla en la mesa de negociación para manifestar una opinión directa y sin fisuras frente al Ejército, representado en la mesa de negociaciones por el coronel Mauricio Vargas, subjefe del Estado Mayor de la Fuerza Armada salvadoreña.

Los nueve comandantes guerrilleros parten de la base de que no existen retrocesos en las negociaciones, pero han dejado claro que su presencia en México se ajusta también al principio de que esta guerra de 11 años no ha proporcionado ni vencedores ni vencidos.

El comandante Raúl Hércules, jefe del Frente de Cabañas y Cuzcatlán y uno de los jefes que han viajado a México, declaró ayer al diario La Jornada: "Lo que ellos [el Ejército] pretenden en estos momentos es no reconocer el terreno. No reconocer que hay un empate en la guerra. El cese informal de hostilidades que proponemos busca crear condiciones mínimas para la separación de las fuerzas. Con estas condiciones ellos regresarían hacia las bases que tenían antes de la guerra y nosotros nos meteríamos en nuestras zonas de control. Pese a ello la negociación de Nueva York ha puesto ya techo y piso a la guerra".

El deseo de paz, que todavía tiene que ver la instauración del alto el fuego, es compartido por los dos sectores que acuden a esta última fase de la negociación que se desarrolla en México y ambos aspiran a hacerlo realidad para el próximo 15 de diciembre. Los mediadores de las Naciones Unidas, en una negociación impulsada por su propio secretario general, Javier Pérez de Cuéllar, pretenden que esa fecha sea la de la firma del pacto definitivo, sobre la base de los acuerdos de Nueva York pactados en septiembre.

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