El Reino Unido acepta el proyecto holandés de Unión Monetaria pero rechaza la moneda única

El Reino Unido mantiene su intención de firmar un acuerdo sobre la Unión Económica y Monetaria (UEM) en línea con la propuesta holandesa, aunque no participará en la moneda única europea prevista para 1997. España, por su parte, considera incompleta la propuesta holandesa de congelar el peso de las monedas comunitarias en el Ecu para agilizar la creación de una moneda única, según declaró ayer el secretario de Estado de Economía Pedro Pérez.

El borrador de la presidencia holandesa para un Tratado sobre la unión monetaria y económica satisface, por el momento, una de las principales exig...

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El Reino Unido mantiene su intención de firmar un acuerdo sobre la Unión Económica y Monetaria (UEM) en línea con la propuesta holandesa, aunque no participará en la moneda única europea prevista para 1997. España, por su parte, considera incompleta la propuesta holandesa de congelar el peso de las monedas comunitarias en el Ecu para agilizar la creación de una moneda única, según declaró ayer el secretario de Estado de Economía Pedro Pérez.

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El borrador de la presidencia holandesa para un Tratado sobre la unión monetaria y económica satisface, por el momento, una de las principales exigencias de Londres: que los Parlamentos de cada país puedan frenar o dar marcha atrás antes de llegar a la tercera y definitiva fase del proceso. Por el contrario, el proyecto de declaración política paralela, que pretende compensar la concesión a los Parlamentos con un compromiso de los Doce sobre su firme intención de alcanzar con rapidez -antes de 1997- una moneda única, es considerado inaceptable por Londres.Fuentes gubernamentales dijeron ayer que el Reino Unido no firmaría ese texto, pero restaron importancia al hecho afirmando que tal declaración es secundaria, ya que no es vinculante, y que todos los esfuerzos se dirigirían a negociar y firmar un Tratado aceptable.

La posición británica tiene mucho que ver con los equilibrios de su política doméstica y con la importante influencia de los antieuropeístas -Margaret Thatcher, sobre todo- dentro del Partido Conservador. "Decimos no, pero no decimos nunca", es la expresiva declaración al respecto del ministro de Exteriores, Douglas Hurd. El primer ministro, John Major, nunca se ha pronunciado claramente sobre la unión monetaria. Pero esta indefinición no puede durar: el viernes, durante. la reunión entre Major y el canciller alemán Helmut Kohl, las cartas tendrán que ponerse boca arriba.

Parece razonable suponer que el Gobierno británico no se opone a la unión monetaria -que la comunidad empresarial y financiera considera positiva-, pero la quiere paso a paso y sin hipotecar el futuro. A cambio del sí condicional en la UEM, Londres pretende obtener en la cumbre de Maasitricht el próximo diciembre, una serie de concesiones en el, terreno de la unión política. Las principales son las siguientes: que la OTAN siga siendo la organización defensiva europea; que. Bruselas no pueda imponerse a Londres en asuntos como la política de inmigración, la legislación laboral o la lucha contra el crimen; que -la Comisión Europea no pueda imponer una política exterior común por voto mayoritario; y que el Parlamento europeo no pueda vetar decisiones de la Comisión o de los Parlamentos nacionales.

En España, las reacciones atañen a temas más concretos. El secretario de Estado de Economía, Pedro Pérez, matizó ayer que España considera "incompleta la propuesta holan desa en el ámbito de potenciar el Ecu". Holanda quiere congelar el peso que cada moneda comunitaria tiene en el Ecu. Sin embargo, Pérez considera que ello daría lugar a un. problema de "disociación del Ecu actual que opera en los mercados privados y la idea de Ecu congela do que se defiende". España, junto a Alemania, ha defendido siempre el "Ecu fuerte" que jamás pueda devaluarse y que mantenga su paridad con la moneda más fuerte de los Doce socios comunitarios, esto es, el marco alemán.

En cuanto a la convergencia necesaria para culminar la entrada de España en la UEM, Pérez aseguró que España presentará su "plan de convergencia" en diciembre o enero próximos. En este plan se presentan las políticas de ajuste de cada Gobierno de la CE.

El secretario de Estado de Economía se mostró optimista y mostró su "complacencia en los resultados conseguidos hasta ahora". Los datos de la Comisión de la CE, que sigue la evolución de las economías comunitarias hacia la UEM, señalan que los principales problemas de España son el IPC y los costes laborales. Según estos datos, España está, junto a Alemania, entre los cinco miembros con los mejores indicadores de básicos de convergencia económica.

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