Reunión del G-7 con el Comité Económico Interrepublicano de la URSS

Los viceministros de Economía del Grupo de los Siete (G-7), los países económicamente más poderosos, iniciaron ayer una reunión con altos representantes de las 12 repúblicas que se mantienen en el marco de la Unión Soviética para llegar a un acuerdo que permita resolver el problema de la deuda exterior soviética y la concesión de nuevas ayudas.

En palabras de Grigori Yablinski, máximo inspirador de la reforma económica, los paises acreedores quieren saber "quién y cómo va a pagar". La deuda exterior soviética se ha situado en unos 68.000 millones de dólares (más de siete billones de pes...

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Los viceministros de Economía del Grupo de los Siete (G-7), los países económicamente más poderosos, iniciaron ayer una reunión con altos representantes de las 12 repúblicas que se mantienen en el marco de la Unión Soviética para llegar a un acuerdo que permita resolver el problema de la deuda exterior soviética y la concesión de nuevas ayudas.

En palabras de Grigori Yablinski, máximo inspirador de la reforma económica, los paises acreedores quieren saber "quién y cómo va a pagar". La deuda exterior soviética se ha situado en unos 68.000 millones de dólares (más de siete billones de pesetas).Un día antes de que comenzaran las conversaciones con los representantes del G-7, los dirigentes republicanos mantuvieron una reunión con Grigori Yablinski e Iván Siláiev, presidente del Comité Económico Interrepublicano, con el fin de coordinar sus posiciones.

El padre de la reforma económica explicó las conversaciones que días atrás mantuvo en Bangkok con representantes del Fondo Monetario Internacional y dejó claro que a las repúblicas les conviene, desde el punto de vista económico, saldar conjuntamente las deudas contraidas por la unión.

"Si se divide la deuda, Occidente va a pedir la responsabilidad solidaria de las repúblicas, y esta variante resultará un 20% más cara que el pago a través de un único canal", precisó Yablinski, según la agencia Interfax.

Por su parte, Siláiev subrayó que si ante los siete grandes cada cual actúa por su lado "no habrá buenos resultados".

A pesar de estas explicaciones, algunas repúblicas siguen siendo partidarias de dividir la deuda, postura que mantuvo el representante de Ucrania en la reunión. Esta república se mostró también decidida a que la en las identificaciones de los asistentes a la reunión en la mesa no figurase la URSS como país neociador.

Importar alimentos

En lo que sí se pusieron de acuerdo todas las repúblicas, salvo Moldavia, es en importar los próximos meses alimentos por valor de 8.000 millones de dólares. En estos momentos, según explicó Guennadi Kulic, vicepresidente del comité interrepublicano, los países occidentales están reteniendo las ventas de productos alimenticios a la antigua URSS.

Las 12 repúblicas asistentes están representadas por su primer ministro o vice-primer ministro acompañados por representantes de sus bancos correspondientes. Asimismo, YavIinski está asistido por los banqueros de la Unión.

Un desbloqueo del problema de la deuda es básico, precisamente, para que las importaciones masivas de alimentos puedan producirse.

Al comenzar ayer la reunión con los viceministros del G-7, Yablinski constató los cambios radicales experimentados en el mundo y en las repúblicas soviéticas y subrayó: "Ahora empieza una nueva etapa en el proceso de integración de nuestro país en la economía mundial". Las conversaciones proseguirán hoy.

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