Yihad Islámica libera al rehén McCarthy con un mensaje para la Naciones Unidas

La vuelta a la libertad de John McCarthy, un periodista británico secuestrado en Beirut hace cinco años, se selló ayer con el abrazo de su embajador en Damasco, Andrew Green. Eran las 14.25. Horas después, Jerome Leyraud, un ciudadano francés que trabaja para Médicos del Mundo, era secuestrado en Beirut por un grupo extremista denominado Organización para la Defensa de los Derechos de los Presos, que amenazó con ejecutarlo si algún otro rehén occidental es liberado.

En llamada telefónica a una agencia de prensa, los secuestradores afirmaron anoche tener en su poder "al teniente de los s...

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La vuelta a la libertad de John McCarthy, un periodista británico secuestrado en Beirut hace cinco años, se selló ayer con el abrazo de su embajador en Damasco, Andrew Green. Eran las 14.25. Horas después, Jerome Leyraud, un ciudadano francés que trabaja para Médicos del Mundo, era secuestrado en Beirut por un grupo extremista denominado Organización para la Defensa de los Derechos de los Presos, que amenazó con ejecutarlo si algún otro rehén occidental es liberado.

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En llamada telefónica a una agencia de prensa, los secuestradores afirmaron anoche tener en su poder "al teniente de los servicios franceses Jerome Leyraud, que esconde sus funciones con la cobertura de una organización humanitaria que pretende ayudar a los pueblos". La última vez que fue visto, Leyraud conducía un coche que acababa de comprar, y había comentado su intención de tomar un baño en una playa de Beirut.Yihad Islámica, el grupo que se ha responsabilizado de la mayoría de los raptos perpetrados en Líbano, ha utilizado a McCarthy para hacer llegar a las Naciones Unidas sus propuestas para la liberación del resto de los extranjeros que todavía siguen retenidos. "Estoy feliz de poder decir a las familias de los rehenes norteamericanos Terry Anderson y Thomas Sutherland, y de mi conciudadano Terry Waite, que, cuando los dejé hace dos días, tenían buena salud y buen .ánimo", declaró el recién liberado en su primer contacto con los periodistas. McCarthy, de 34 años, que había llegado poco antes por carretera procedente de Beirut, presentaba el rostro pálido pero un aspecto aseado, aunque tanto la camiseta como los pantalones parecían quedarle grandes.

Sus palabras, en cierta medida reconfortantes, ponían sin embargo fin a las esperanzas de ver también en libertad a Anderson, el veterano de los occidentales retenidos en Líbano. Su nombre había sido citado por fuentes de la seguridad libanesa junto con el de McCarthy, a raíz de que un diario iraní asegurara el pasado martes que "un norteamericano y un británico" estaban a punto de ser liberados.

Desde el martes volvieron a renacer las esperanzas para las familias de los secuestrados. Y1had Islámica anunció el envío, en un plazo de 48 horas, de un mensaje al secretario general de la ONU, Javier Pérez de Cuéllar, respecto al "arreglo global del asunto de los rehenes". Pérez de Cuéllar recibió favorablemente el recurso, por primera vez, a la organización internacional para solucionar ese tema. De inmediato, despachó hacia Damasco a Glandomenico Picco, su ayudante para misiones especiales.

La mediación siria

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Picco, cuya presencia en Siria no se conoció hasta ayer, tenía como misión entrevistarse con altos funcionarios sirios e iraníes, entre ellos el ministro iraní de Interior, Abdalá Nuri, desplazado también hasta allí. Evidenciada la conexión ideológica de los grupos de secuestradores con la República Islámica, Damasco lley2 tiempo tratando de mediar -por mor de su amistad con Teherán- en la liberación de los occidentales. Su deseo de demostrar que su intervención en Líbano ha reportado notables avances en el orden público y en la seguridad se ha visto reforzado en los últimos meses por su acercamiento a Washington.McCarthy confirmó que sus secuestradores le habían entregado un mensaje para dar en mano a Pérez de Cuéllar, tal como había anunciado Yihad Islámica.

De todas formas, en su comparecencia ante los medios de comunicación, McCarthy manifestó que creía que la carta se refería tanto a los rehenes occidentales como a los prisioneros shiíes libaneses y palestinos en manos de Israel. La principal reclamación de Yihad, responsable de los atentados más sangrientos que se han perpetrado en Líbano desde su aparición en abril de 1983, siempre ha sido la liberación de cerca de 400 libaneses y palestinos detenidos en Israel y en la llamada franja de seguridad que ese país ocupa en el sur de Líbano. Con el objetivo declarado de agrupar a los musulmanes libaneses que desean instaurar uña república islámica, se trata, más que de una organización, de una nebulosa de grupúsculos de extremistas shiíes pro-iraníes. Algunos expertos aseguran que recibe sus órdenes directamente de Teherán.

El propio ministro sirio de Asuntos Exteriores, Faruk al Chara, que ayer se encontraba en Estambul, ha reconocido esa conexión. "La liberación de este rehén británico es, en mi opinión, un gesto de los secuestradores para alertar a los países occidentales a que ayuden para la puesta en libertad de los rehenes libaneses de Israel", dijo.

Ahora, la liberación de McCarthy puede ser el inicio de un intercambio de rehenes por prisioneros. Israel volvió a reiterar ayer, por segunda vez en esta semana, su disposición a poner en libertad a sus presos libaneses a cambio de siete de sus soldados desaparecidos en el sur de Líbano, o de sus cuerpos si alguno de ellos ha muerto en cautividad.

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